Crónicas de Pegoland

El ministro ‘gourmet’

Qué más quisiéramos que hubiera posibles en todas las casas para pensar que la granja es sostenible a la hora del puchero

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, durante una visita a una explotación ganadera EFE
Rafael Ruiz

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Ha tenido que venir un ministro, Alberto Garzón , para explicar en The Guardian, poca broma, que la carne entreverada del cochino ibérico que se cría en las dehesas está superior. Gloria bendita cuando se separa la lasca de jamón o se prueba el lagartillo, que a ver cuándo habéis comido una cosa tan rica, gañanes. Que dónde van a parar esas terneritas que se pasean por los campos gallegos a la hora de pasarlas por la plancha: vuelta y vuelta, sal y ya. Esas piezas asturianas de asturiana calidad que vienen con aromas a monte, a heno, a hierba recién cortada. Que da gloria verlas en los expositores.

Sostiene Garzón que esa es la ganadería buena y no esas carnes a las finas hierbas que os compráis a tres euritos el kilo a toda prisa para darle de comer a la familia. Que vaya usted a saber de dónde han salido esos huevos que no tienen pinta de que las gallinas estaban a su flor. Del cordero, si le parece, ni hablamos. Qué más quisiéramos, ministro, que hubiera posibles en todas las casas para pensar que la granja es sostenible a la hora del puchero.

Le ha caído la del pulpo a Garzón por un sector, el agropecuario, que es que tiene un problemilla, ministro y claque. A la primera tontería que dice un pegoso , van y le cancelan los pedidos . Los que vienen de granja guapa y los de granja menos chic. Ocurrió hace apenas diez años con unos análisis erróneos a unos pepinos en Alemania que tumbaron la producción nacional de hortalizas. Así es este mundo miedoso de las cosas del comer.

Una actividad, la ganadera, que lleva décadas recibiendo ayudas oficiales de sucesivos gobiernos -también del suyo, ministro, pregunte a Luis Planas- para que concentren producción y ganen músculo frente a la empresas de distribución. Poniendo como ejemplo, precisamente, a la industria cárnica de Cataluña y Aragón que es donde se concentran esas macrogranjas de las que usted está hablando. Ojalá tenera gallega e ibérico de Los Pedroches en todas las casas a la hora de comer . Ojalá, de vez en cuando, pescado. Mientras tanto, señoría, cada vez que tenga que hablar de exportaciones agropecuarias, que sea para no jorobar.

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