El Norte del Sur

Diciembre

En la calle huele otra vez a castañas asadas, como solía, en los restaurantes hay colgados carteles que avisan de que no queda ni una mesa libre para reuniones de celebración

Mercado de Navidad en la plaza de Las Tendillas Valerio Merino
Rafael Aguilar

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Noviembre acaba, se despide con estas tardes cada vez más breves de otoño puro, de sol potente, dorado y frío. El invierno, que está a la vuelta de la esquina, es ya una promesa de normalidad recuperada. No paran los operarios de la estructura del montaje de luz y sonido de Cruz Conde , los escaparates del centro florecen con tanta oferta: ayer fueron las gangas del ‘Black Friday’, mañana serán las rebajas anticipadas.

El mercadillo de belenes de Las Tendillas bulle cada mediodía de curiosos, de coleccionistas, de fetichistas caprichosos; las colgaduras eléctricas de Ronda de los Tejares esperan su turno, el momento del encendido que llegará en apenas unos días, justo empiece a consumarse el puente de la Constitución y de la Inmaculada que siempre marca la frontera de las mesas camilla, del cajón de los mantecados, de la cuadratura de las citas familiares y de amigos que ya empiezan a estar cerca, de la ilusión de una escapada fugaz a una ciudad europea cercana o remota pero que tenga una cuarta de nieve en el empedrado, ahora que ya se puede viajar de nuevo. En la calle huele otra vez a castañas asadas , como solía, en los restaurantes hay colgados carteles que avisan de que no queda ni una mesa libre para reuniones de celebración, que se agotaron hace tiempo. Al tramo peatonal de Gran Capitán le crece una noria de 27 metros.

Hay, además, algo parecido a una euforia contenida . En la casa del pobre cualquier alegría es un éxito histórico, una conquista irrepetible. El equipo de fútbol de la ciudad, por ejemplo, está desatado. Lo importante es que gane, lo de menos la categoría en la que suceden los triunfos. Por pequeña que sea, cualquier alegría se convierte en un acontecimiento único. Ahí está la hinchada del Córdoba CF , que no acaba de creérselo. El Guijuelo, con su camiseta mecánica con rodajas de chacinas charras, sucumbió en El Arcángel en la Copa Federación, y este sábado le tocó al Mérida irse con la cabeza baja por el mismito sitio por el que había venido. A perder, naturalmente. La Base Logística sigue por sus fueros, que son los de los cimientos, por más que la pataleta de Jaén siga ahí. Y la razón empieza a imponerse en el Ayuntamiento, que hoy hace efectiva la destitución de la coordinadora general de Infraestructuras por las presuntas contrataciones infladas. Hay luz al final del camino.

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