POLÍTICA

El PSOE apoya a Antonio Ruiz como presidente de la Diputación de Córdoba con el 34% de votos en contra

Las agrupaciones sin representación y el sector de Ambrosio lideran la oposición

Isabel Ambrosio, a su llegada al comité provincial del PSOE de Córdoba Valerio Merino
Rafael Ruiz

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La lista pactada entre la dirección andaluza y federal del PSOE para tener la fiesta en paz en la Diputación de Córdoba se encontró este martes con un voto de castigo insualmente alto en la aprobación que se llevó a cabo en el comité provincial del partido. La relación acordada por los negociadores de Susana Díaz y Pedro Sánchez tendría que contar, en buena lógica, con una mayoría aplastante de los votos dado que concita a los sectores mayoritarios en la dirección de la formación política.

Pero en el PSOE las cosas no son como parecen. El resultado del voto en urna, según obligan los estatutos de la organización, fue que la lista por la que Antonio Ruiz volverá a ser presidente de la Diputación sacó un 66 por ciento de votos a favor. Lo que implica que un 34 por ciento de las papeletas fueron en contra. Insuficiente para perder una votación pero con categoría suficiente para que la cosa sea considerada como un voto de castigo .

Sanchistas y susanistas

La lista a la Diputación, que permitirá seguir gobernando a Antonio Ruiz en coalición con Izquierda Unida , es una mezcla de nombres proporcionados por la dirección provincial, susanista, y los sanchistas que aporta Ferraz con mayoría de los primeros. El grupo de apoyo al presidente del Gobierno ha optado en esta ocasión por aportar el nombre de alcaldes consolidados de grandes municipios (algunos de los cuales tienen más de 20.000 habitantes ) como el pontanés Esteban Morales o el montillano Rafael Llamas , al que se señala como referente de esta corriente. El caso es que son dos nombres que hace apenas unos meses se encuadraban como susanistas con total normalidad. Cosas que pasan.

Los partidarios de Ambrosio creen que se está desperdiciando un activo político

El pataleo viene de las agrupaciones de la provincia y de un sector de la capital que se han quedado fuera de la selección realizada. Mandar a un concejal a la Diputación para los gobiernos municipales supone disponer de un apoyo al que llamar en caso de necesidad de financiación para proyectos determinados. Hasta última hora, también la exalcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio , estuvo negociando en la sombra para tener un sitio en la institución provincial. Perdida cualquier posibilidad de presidirla tras el acuerdo de Pedro Sánchez y Susana Díaz, la opción era la de una vicepresidencia o cargo cualificado que le permitiese mantener una agenda pública activa desde el poder.

El caso de Ambrosio es de manual para los políticos que se quedan en tierra de nadie . En su entorno más inmediato se reconoce abiertamente que se está desperdiciando un activo político relevante teniendo en cuenta que la salida de la Alcaldía ha tenido lugar con un crecimiento socialista de los votos en las municipales que fue insuficiente para bloquear la correlación de fuerzas entre el Partido Popular y Ciudadanos. La situación para Ambrosio es a día de hoy compleja porque solo tiene por delante la opción de la oposición municipal con un equipo que va a quedar menguado por la aplicación de las liberaciones que le corresponden al PSOE .

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