Economía y empresas

Prasa afronta el concurso con 332 millones de euros de deuda

Las pérdidas que ha acumulado la empresa de Córdoba entre 2009 y 2018 superan los 520 millones de euros

Construcción del hotel de Prasa, hoy Eurostar Palace, sobre el antiguo Melià, en 2008 Rafael Carmona

Rafael Ruiz

El grupo de empresas Prasa , la última gran promotora andaluza en acogerse a un concurso de acreedores para propiciar una reestructuración, afronta el procedimiento que supervisará el juzgado de lo Mercantil de Córdoba con una deuda (pasivos exigibles) de 332 millones de euros , según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil correspondientes a los seis primeros meses de 2018 (la firma modificó recientemente su calendario de presentación de cuentas).

La memoria presentada por la empresa de la familia Romero plantea un panorama en el que el principal escollo son tanto los bancos como los impuestos no satisfectos hasta la fecha y que son o han sido objeto de vencimientos. La firma asegura que, en los últimos años, ha reducido casi un noventa por ciento de la deuda que mantiene con la banca mediante distintos intrumentos como daciones en pago de fincas. Desde 2009, asegura, la cantidad supera los 1.430 millones de euros.

La estructura de la deuda tiene dos patas bien definidas: la bancaria y la tributaria. Según las cuentas , la empresa no tiene una deuda con sus proveedores que sean un problema de futuro. La cuestión, de cara al concurso se encuentra en las negociaciones con la banca . Según la información a diciembre de 2018, Prasa tenía pendientes de pago 160 millones de euros en distintos tipos de créditos, 1,9 millones de créditos dispuestos y siete millones de euros por otros productos financieros . En el momento de presentación de las cuentas, junio del año pasado, la empresa tenía abiertas negociaciones con un grupo de entidades bancarias por retrasos en los pagos de las renegociaciones efectuadas.

La deuda real de la empresa con la Hacienda Pública supera los 94 millones de euros que aparecen en el listado que hace público el Gobierno. En el mes de junio de 2018, superaba los 134 millones de euros. De toda esa cantidad, 122 millones son pagos aplazados de IVA . El resto de cuantías y conceptos son menores aunque el concurso de acreedores estará ampliamente representado ya que la deuda con ayuntamientos y diputaciones supera los 4,9 millones de euros y se eleva a 3,5 millones por la Junta (por Actos Jurídicos Documentados). La deuda tributaria a corto plazo supera los 122 millones de euros como consecuencia de impagos de los aplazamientos concedidos por la Agencia Tributaria . Ese débito se encuentra garantizado por una hipoteca inmobiliaria en el que se incluyeron fincas ubicadas en Huelva, Puerto Real, Marbella y Granada. En abril de 2016, la Agencia Tributaria notificó el embargo de participaciones de Prasa en varias empresas del grupo para responder del pago de las cantidades. Una de las participadas que se encuentra en este procedimiento es el Parque Tecnológico Rabanales 21, donde Prasa tiene una pequeña parte del capital social.

El impacto de la crisis

La dureza de la crisis inmobiliaria en las cuentas de Prasa se puede resumir en una cifra: 523 millones de euros. Son las pérdidas acumuladas en las cuentas de resultados presentadas entre los años fiscales 2009 y 2018 (hasta el mes de junio). El peor año con diferencia fue 2012 cuando la empresa cordobesa de promoción inmobiliaria se dejó 261,9 millones de euros de números rojos en un solo ejercicio. En todo ese tiempo, solo ha cerrado dos años con beneficios: 2016 (con 108.000 euros) y 2017 (con 2,7 millones). En los seis primeros meses de 2018, declaró unas pérdidas de cinco millones de euros.

También la facturación es un retrato exacto de la crisis. El último año natural con cuentas presentadas, 2017, se registró una cifra de negocio de 8,2 millones de euros. Para hacerse una idea de la caída, en 2009 se declararon por este mismo concepto 452 millones mientras que en 2010, se llegó a 577,7 millones de euros. Las cuentas, no obstante, eran optimistas sobre el futuro al advertir una mejora de las posibilidades del sector inmobiliario, donde opera Prasa históricamente.

Las cuentas presentadas hacían especial énfasis en considerar a Prasa como « empresa en funcionamiento ». Se trata de un concepto económico que se asigna a las sociedades mercantiles que funcionan o pueden hacerlo vista su situación. Los auditores expresaron en las últimas cuentas sus dudas de que la empresa fuese viable dada su situación.

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