MAYO FESTIVO

Patios de Córdoba de 2018: un estreno de sol y sombra

Las precipitaciones intermitentes de este lunes no deslucieron en exceso el primer día de la fiesta, que arrancó con los controladores en sus puestos

Flores en la calle Postrera VALERIO MERINO

RAFAEL A. AGUILAR

ESTRENO de sol y de sombra, de lluvia y de claros en los Patios de Córdoba. Caía el agua a mansalva a las once de la mañana de este martes, justo cuando el presidente de la asociación Claveles y Gitanillas, Rafael Barón, abría la puerta de su patio en la calle Pastora, a un paso de la Piedra Escrita. Todo está en sitio, no falta nada. Todo en orden. La revista «Patios de Córdoba», que edita la entidad de la que este hombre detallista está al frente, dedica su edición número catorce a Pablo García Baena. La alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), dio en la clave hace dos días cuando, en la presentación de la publicación en San Juan de Palomares, dijo que una de las virtudes del poeta fallecido en el arranque de este año fue que supo conjugar lo sagrado y lo profano de un modo portentoso, de manera que incluso a quienes la providencia les trae al pairo son capaces de emocionarse con las referencias divinas del autor nacido en la calle Parras.

Colas en el Alcázar Viejo, este martes por la tarde VALERIO MERINO

El patio de Rafael Barón parece que está hecho a imagen y semejanza de los textos del «Antiguo muchacho»: la Virgen de la Salud preside la estancia, como hay que hacerlo en Córdoba: de un modo discreto, mandando pero sin que se note mucho, estando pero sin estar del todo. A la vuelta están la pila, la flor, el caño de agua, la taza de lata colgada de un tronco. Y Rafael sentado en una silla. «Nada, que este año vamos a empezar con lluvia, a ver cómo acabamos», comenta. Entran y salen turistas, de los primeros que pisan el patio, y él les sonríe y a continuación repasa con la vista la decoración menor de la antesala porticada de la casa. Las botellas de gaseosa, la cazuela de cobre, el bastón recio. De pronto la tormenta se esfuma y la luz húmeda del sol reverbera en el vídrio espeso de un recipiente de anís. La tregua durará lo suficiente para que la consumación de las mejores virtudes del mes de Mayo de Córdoba sea completa.

Un trocito de cielo

A media mañana hay colas en algunas casas, sobre todo enel Alcázar Viejo, mas el tránsito de visitantes a las cincuenta casas en concurso es mejor que fluida. En la Judería, por ejemplo, no cabe un alfiler. El Patio de los Naranjos se ha engalanado de una forma especial con motivo del calendario festivo y la espera para entrar al templo diocesano requiere cierta paciencia. En los restaurantes del entorno del principal monumento de la ciudad no es sencillo encontrar mes.

Al poco, la tarde alterna chubascos con ciertos claros, el sol y la sombra prematura, la penumbra de los zaguanes y el trocito de cielo limpio que es propiedad de los dueños de cada patio por más que no figure en sus escrituras. Ni falta que le hace a nadie.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación