LA CERA QUE ARDE

Pasión

Ganemos Córdoba convoca una asamblea, la número 31, para perfilar su personalidad y «ratificar su identidad»

Una reunión de la marca de Podemos en Córdoba VALERIO MERINO
Rafael González

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Me acaba de llegar un correo electrónico a las 9 de la mañana de Ganemos Córdoba. En Domingo de Resurrección. ¿Es una metáfora, un signo o una profusa actividad político-comunicativa? Es la manera de decir que ellos se pasan el domingo de Pascua por las confluencias, porque ese es el tema del comunicado: quieren confluir. En la trigésimo primera asamblea, lo cual quiere decir que ha habido 30 asambleas antes, ahí es nada. Y no han confluido todavía, por lo visto. Andan perfilando su propia personalidad y «ratificar la identidad de Ganemos» que sospecho que es múltiple y quiere ser única, como el estatismo manda. Para ser domingo laico en su convocatoria enviada, buscan ser trío y uno como un ejercicio teológico, pero de consejo de distrito o federación vecinal. La alta política de bases es lo que tiene.

Hasta que se encuentran las confluencias solo confluyen los olores y el calor humano, que no son lo único necesario para hacer una política transversal y participativa. Unen esos aspectos, eso sí. En los festivales de música indie la gente se huele para identificarse y a veces se identifican por sí mismos al tercer o cuarto día. En las asambleas sucede lo mismo pero de manera casi instantánea: la pituitaria avisa de si tu camarada va a confluir o no.

Los olores son los recuerdos que permanecen y las asambleas sólo son el aspecto formal y fugaz de la búsqueda de la confluencia. Por eso imagino que van ya por la número 31.

Ganemos Córdoba, dicen. Serán que la han perdido y no les culpo. Córdoba se pierde entre asambleas y diputados no asamblearios. Las unas porque no concretan confluencias y los otros porque no concretan presupuestos. O sí, pero después llega el Gobierno, o Mariano o don Cristóbal y nos da menos dineros que un nazareno cera. Hay proyectos por acabar, alguna carreterilla que desdoblar, salidas de autovía altamente confluyentes que despejar y obritas varias de pavimentación y encofrado.

La política de presupuestos generales no es asamblearia, pero casi. Las dietas de los señores diputados están decididas porque previamente el señor o señora diputados fueron colocados en una lista electoral decidida por el líder de turno en asamblea consigo mismo. Y se van para Madrid y vuelven. Un trajín.

Ahora que ha acabado el tiempo de pasión religiosa comienza el del apasionante mundo de los presupuestos generales. Esperemos que los próceres le pongan la misma pasión en traerse pasta de veras que los de Ganemos en encontrar la piedra filosofal. Todos ganaríamos, para variar.

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