Pasar el rato

Ni hablar del peluquín

Los ideales más nobles desembocan en el euro, principio y fin de la lucha de clases

Carles Puigdemont, este lunes, en el Parlamento Europeo en Bruselas (Bélgica) Efe
José Javier Amorós

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El dinero convierte en hermanos a los que no lo tienen. Los ricos no necesitan más compañía que la compañía mercantil, hermana fortuna. La fraternidad universal es un sentimiento gratuito de clase media baja. La libertad, en cambio, socialmente más elevada, requiere financiación para su adecuado ejercicio. Se exceptúa la libertad de expresión, que es la más barata de las libertades democráticas y la que menos valoran los ricos y los poderosos. Cuando se tiene mucho dinero o mucho poder, una cosa permite comprar la otra, una mala crítica no perturba una buena digestión. Ladran, luego gobernamos. Los ideales más nobles desembocan en el euro, principio y fin de la lucha de clases. Por rico entiendo aquí no el que tiene mucho dinero, sino el que necesita mucho el mucho dinero que tiene. Ahí reside, me parece, la fundamentación de los independentismos catalán y vasco . Son independentistas porque son egoístas. A estas alturas de la evolución de la especie humana, considerarse superior a los demás da un poco de risa, particularmente después de ver y oír a Puigdemont o al presidente del PNV, Andoni Ortuzar ; ser egoísta, por su parte, da un poco de asco.

Vamos al dinero, «madre, yo al oro me humillo». Andalucía y Valencia se han unido disolublemente para cambiar el modelo de financiación autonómica, que las perjudica. Juan Manuel Moreno y Ximo Puig tomaron el pasado martes el té en Sevilla, en el Palacio de San Telmo, que todavía no ha sido ocupado por la revolución. Afortunadamente, Pablo Iglesias ha conseguido enriquecerse por medios más modernos. Utilizaron el lenguaje común de las finanzas, sin necesidad de traductor. La idea de reunirse para hablar de dinero partió del joven presidente andaluz, quién podía sospecharlo. El motivo económico es de general interés, pero supongo que nuestro avisado gobernante habrá tomado algunas precauciones. No conviene fiarse de un político que usa peluquín, como es el caso del tapado Puig . Se empieza ocultando la calvicie y se termina ocultando las intenciones.

El peluquín es un invento de los que tienen pelo, que son tan crueles, para privar a los calvos de perspectiva moral, habituándolos a vivir en la mentira. El peluquín acostumbra la conciencia a esconder sus propósitos. Cubierto por peluquines de necesidad dineraria, Puig oculta en Andalucía su escaso interés por España como nación y patria común de calvos y melenudos, y su desdén por la lengua española, que él habla tan mal. Bajo las alfombras del partido de Puig se ocultan los cabellos perdidos después de cien años de honradez. Dentro de cien años, todos calvos, señor presidente.

No me extrañaría que el presidente andaluz le haya regalado un peluquín de paseo al presidente valenciano, para debilitarlo. Moreno Bonilla me parece un hombre muy peligroso, con ese aspecto inofensivo de delegado de curso de universidad privada. Uno ya ha reconocido que se equivocó con él. Los calvos de Andalucía debemos estar prevenidos, por si se le ocurre enviarnos un peluquín como publicidad electoral. Con el logotipo del PP en el flequillo, para orientar nuestro voto.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación