Arte

El Palacio de Viana de Córdoba, un paseo por la historia de la pintura

El Palacio cordobés acoge una amplia colección pictórica de más de doscientas obras, en la que se pueden ver trabajos de grandes artistas de diversas épocas y que muestran los intereses de la clase nobiliaria

'Adoración de los rayes Magos' de Lucas Gordiano RAFAEL CARMONA

Félix Ruiz Cardador

El Palacio de Viana de Córdoba se abre al visitante como un laberinto sugestivo. Todo allí tiene aroma propio, desde el silencio conventual de los patios a las habitaciones privadas que en su día utilizaban los marqueses o las galerías de invitados, incluso a la cocina en la que trabajaba el servicio, tan de mansión inglesa pero con regusto andaluz. Por todos estos espacios resuena el pasado nobiliario español pero también el arte en muy diversas formas, hasta tal punto que es el hilo conductor que lleva al visitante por el recorrido.

De forma especial, una colección pictórica que está a la altura de mucho museos y en la que se pueden ver obras de pintores muy conocidos, tanto españoles como extranjeros. Adentrarse en estos fondos de Viana significa conocer los intereses de los aristócratas y lo que buscaban en su labor como coleccionistas de arte y antigüedades.

Porque su anhelo era trasladar a su casa, a su vivir cotidiano, la historia misma de la creación pictórica a través de los creadores originales o de copias fidedignas. Aunque tampoco hay que desdeñar la importancia que estas pinturas tenían para seducir al visitante . Para ofrecer una imagen de poder, cultura o cercanía con los monarcas del momento y del pasado. Para enaltecer el linaje.

El director de Viana, Leopoldo Izquierdo , ha sido bajo el mandato de la Fundación Cajasur decisivo a la hora de organizar estos fondos y de impulsar su catalogación. Pasea ahora por el Palacio satisfecho de la labor realizada en los últimos años, aunque consciente de que «aún queda mucho que hacer en la catalogación de otros elementos como vajillas o tapices». La Fundación Cajasur se lanzó a esta tarea hace ya varios años y el resultado definitivo fue el catálogo general ‘La colección pictórica de Viana ’, que se publicó en 2018 .

Historiadores del Arte de primer nivel

Detrás de este texto están dos historiadores del Arte de primer nivel, Enrique Valdivieso y Gonzalo Martínez del Valle, que firmaron un trabajo concienzudo de investigación y pesquisas, deshaciendo falsas atribuciones y descubriendo por contra autorías que hasta ese momento se desconocían. Según explican en el catálogo, la colección de Viana se caracteriza por reunir un amplio repertorio de los Reyes de España, misión a la que se dedicaron los diferentes marqueses en los siglos XIX y XX , aunque no es sólo eso.

Se unen también numerosos retratos de su propia familia, desde los Moscoso y Castellar del siglo XV hasta el célebre y romántico Duque de Rivas, y un amplio repertorio de pinturas religiosas de variado valor así como no pocas profanas. Lamentan sin embargo los historiadores que no se hayan conservado «los inevitables bodegones que debieron de presidir los salones palaciegos», al tiempo que consideran que el paisaje nunca fue de gran interés para estos aristócratas, pues son escasas las muestras de este género pictórico en la colección .

Cabe señalar que durante el recorrido por e l Palacio de Viana también se pueden ver los cuadros de lo que se conocen como los Tesoros de la Fundación Cajasur , procedentes de la colección del banco, no del legado de Viana, y entre los que hay obras de grandes maestros cordobeses o vinculados a Córdoba de épocas diversas como Valdés Leal, Acisclo Antonio Palomino o Julio Romero de Torres .

También brilla junto a ellos una ‘Adoración de los Reyes Magos ’ de Luca Gordiano que sí era de los marqueses y que se presenta sin duda como una de las grandes joyas del recorrido. Se trata de una obra que el pintor napolitano realizó en 1699 y de la que existe otra copia casi idéntica, las dos realizadas por la misma mano y con factura igualmente magistral, en el Monasterio de El Escorial .

Diversas nacionalidades

La colección propia de Viana tiene también nombres muy interesantes del arte universal y de diversas nacionalidades. En los cuadros de reyes, destacan por ejemplo los que se pueden ver de Felipe V , de su esposa Isabel de Farnesio y de su hijo Luis I, todos ellos del pintor español Miguel Jacinto Meléndez , un asturiano que llegó a ser uno de los artistas más apreciados por el primer monarca español de la casa Borbón . También se puede disfrutar durante el recorrido de un Felipe IV anónimo —copia velazqueña—, de un Carlos III de Antonio González Ruiz , un Carlos IV del valenciano Mariano Salvador Maella o de una copia de un Fernando VII de Vicente López .

Obras variadas del Duque de Rivas RAFAEL CARMONA

Igualmente, de un Alfonso XII anónimo ataviado con manto de maestre o un magnífico Alfonso XIII del también valenciano Joaquín Sorolla . De este último también se puede ver un fabuloso retrato la Reina Victoria Eugenia , que encargó este cuadro al pintor como regalo a los marqueses de Viana. El retrato, de gran modernidad y que preside el sugerente Salón Rojo del Palacio , muestra a la monarca en el palco del Teatro Real vestida de noche con atuendo negro y con el aroma elegante e inspirador de la edad del jazz .

Genealogía de marqueses

También en el género del retrato destaca por su singularidad la galería de Viana dedicada a la propia genealogía de los marqueses, que recoge cinco obras de una colección mucho mayor. Los retratados son cinco miembros de los Arias de Saavedra , desde don Juan Arias de Saavedra, que era conocido como ‘El famoso ’, hasta su descendiente del mismo nombre, conocido como ‘El galán’. Todas son obras del primer tercio del XVI firmadas por López Mexías , menos una de ellas algo posterior y de factura más irregular.

También relacionada con la familia es la sala dedicada a su antecesor el Duque de Rivas , que aparte de político decimonónico e inspirado escritor romántico fue un pintor de muy buena mano como se puede ver en estas obras. Hay entre ellas dos autorretratos que han sido reproducidos en numerosas ocasiones, un evocador cuadro de familia con su esposa y sus hijos y también una Magdalena Penitente .

Como curiosidad, también se puede ver un cuadro que el duque realizó de su propio despacho en Nápoles, cuando estaba allí como embajador. Otros retratos reseñables, ajenos a la familia, son el de una dama de Juan Pantoja de la Cruz , de 1597, que se cree que representa a la infanta Isabel Clara Eugenia, o el de la infanta Margarita de Austria de 1621 , obra del vallisoletano Bartolomé González , pintor del la Corte en ese primer tercio del XVII .

Por último, y más recientes, dos pequeños retratos infantiles de trazo muy delicado y de gran viveza, situados en lo que era uno de los confortables cuartos de invitados del Palacio y que durante los últimos trabajos de catalogación se ha comprobado que son obra del pintor de sevillano del siglo XIX José Gutiérrez de la Vega.

Más allá de esta amplia colección de figuras de diversos siglos, la colección de Viana también recoge una gran variedad de pintura religiosa y profana. En el primero de los casos, se pueden ver algunas copias contemporáneas, de los años 20 , de cuadros del pintor gótico cordobés de l siglo XV Bartolomé Bermejo , que se realizaron en el siglo XX por encargo del II Marqués de Viana . Fascinado por la obra del artista, el aristócrata quiso tener varias copias en su colección.

Colección de cobres flamencos

En este campo, destaca aún más una colección de cobres flamencos realizados por Heronimus Francken III y que describen la Pasión de Cristo . Actualmente están colgados en la planta baja, cerca del Salón de Tobías en el que estos días se puede ver el Belén de Viana . Junto a todos ellos, y también a la ‘Adoración de los Reyes Magos ’ de Gordiano de la que hablaba al inicio, destaca un ‘Prendimiento de Cristo’ del gran maestro cordobés del Siglo de Oro Antonio del Castillo . Se cree sobre esta obra, según Valdivieso y Martínez del Valle , que pertenece a una serie que el artista realizó para Francisco de Alfaro y que con los siglos se han ido disgregando. Reseñable por último es un San Francisco de Asís del taller de Zurbarán, fechado en torno a 1650.

Retratos de Bartolomé González y Juan Pareja de la Cruz RAFAEL CARMONA

Dos series fundamentales destacan por último en lo que se refiere a la pintura profana de Viana. De un lado, una serie sobre los cinco sentidos del taller de Jan Brueghel II . Aunque son tributarios de la obra de su padre, estos lienzos tienen la singularidad de un creador que nació en 1601 en Amberes y que estuvo en Milán como protegido de Federico Borromeo.

La serie que se encuentra en Viana representa con suma belleza e incluso con modernidad el gusto, la vista, el tacto, el oído y el olfato. Estos cuadros alegóricos ocupan una sala específica y en el recorrido del Palacio de Viana y son sin duda uno de los principales atractivos pictóricos del Palacio por su creatividad y singularidad.

Muy diferente, aunque no menos curiosa, es otra serie de seis cuadros bélicos del pintor Pieter Meulener. Representan estos magníficos lienzos, muy didácticos, las principales batallas de la Guerra de los Treinta Años , acaecida entre 1618 y 1648 y en la que tomó parte José Ramírez de Saavedra . Las obras son de la década siguiente al término del conflicto y lo que recrean son los principales combates en los que intervino este aristócrata, marqués de Rivas .

Escenas bélicas

Están así representadas en Viana la batalla de Nördlingen , la de Saint Omer , la de Galoo y Verrebroek , la de Thionville , la de Güeldres y la de Lovaina , Se trata por ello de un canto a los triunfos de las tropas imperiales en los Países Bajos . Su autor fue discípulo del gran pintor de batallas Pieter Snayers y se cree que Meulener pintó con mano elegante las tropas que aparecen más detalladas en su primer término mientras que los paisajes del fondo fueron obra de los ayudantes de su taller, algo muy habitual en la forma de trabajar de los pintores del siglo XVII.

Todas estos lienzos convierten al Palacio de Viana en un museo de la pintura europea de diversos siglos, aunque su disposición no es la clásica de un centro expositivo sino la original que tenía cuando los marqueses habitaban el domicilio a inicios del siglo XX . Como explica el director, Leopoldo Izquierdo , las condiciones de exposición serían mejores en una sala de muestras de última generación, pero tiene claro que «es fundamental» no moverlos, más allá de cesiones puntuales, porque aquí lo importante no es tanto la pintura en sí sino mostrar, como conjunto, la forma de vida del Palacio y de la clase nobiliaria española, sus gustos, sus colecciones y su vida cotidiana.

De lo que no cabe duda es de que el arte pictórico tuvo para las marqueses y duques que conforman esta genealogía un enorme interés por diversos motivos. En Viana , al fin catalogadas y restauradas, lucen estas obras tan diversas y que son sin duda uno de los grandes atractivos para los amantes del arte en la ciudad de Córdoba y para cualquier visitante aficionado a la pintura.

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