Religión

El obispo de Bilbao reivindica el papel de las familias como «santuario de amor donde se genera vida»

Iceta repasa los desafíos que Pablo VI marcó en la encíclica Humanae Vitae en 1968 y señala que siguen presentes

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ayer en Córdoba VALERIO MERINO

R. C. Mendoza

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, reivindicó ayer en Córdoba que las familias han de cumplir con su «misión de ser un santuario no sólo del amor, sino también un santuario donde se genera la vida y donde la vida crece». Así lo expresó el prelado de la diócesis vasca en el marco de la conferencia que pronunció en el Palacio Episcopal bajo el título «La respuesta de Humanae Vitae al desafío cultural sobre la procreación». Añadió a este respecto que esta misión que hay encomendada a la familia sirve además para «renovar la sociedad y el mundo y para llenar el mundo de esperanza».

Al repasar y actualizar el mensaje de la encíclica Humanae Vitae (1968) de Pablo VI, Iceta planteó otras conclusiones. Abundó en este sentido en la necesidad de plantear «una antropología propositiva e ilusionante de la belleza de la bondad y verdad de la procreación humana, que es un don inmenso que está en nuestra manos». Asimismo resaltó en algunas de las consecuencias que podría deparar una mala praxis de estos desafíos e incidió en el «envejecimiento de la población y la desorientación de la verdad del amor humano y la dificultad de cumplir la propia vocación al amor que llevamos en nuestro corazón».

El obispo de Bilbao describió que la conferencia trata de responder, en un contexto cultural muy concreto, una serie de desafíos. En primer lugar aludió a la revolución sexual, «que se fue gestando en décadas anteriores y eclosiona en aquella época». A continuación, se refirió al neomaltusianismo, «que es aquella corriente de pensamiento que abogaba por un control de natalidad debido a la expansión de la población». Y la tercera, por último, «el imperativo tecnológico, la posibilidad de controlar médicamente la procreación».

Iceta consideró que estos tres desafíos a los que pretendía responder la encíclica «continúan presentes entre nosotros». En lo relativo a la revolución sexual, señaló que «es una cuestión que ha anidado en nuestra sociedad y hoy en día necesitamos una educación afectivo-sexual para hacer inteligible la sexualidad en el concepto del amor». Del envejecimiento de la población apuntó «cómo la tasa de natalidad en nuestro país está a la cola del mundo». Y concluyó que estamos «viendo que todas las intervenciones sobre la procreación son acordes con la dignidad del amor, que es el don de la sexualidad».

Para hoy, martes 10 de abril a las 20.00 horas, está prevista la celebración de la ponencia sobre «El papel de la familia cristiana en una Iglesia en salida», que correrá a cargo del prelado de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Escribano Subías.

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