Muerte de Julio Anguita

El dominó pendiente en Córdoba

El exalcalde vivió su momento más duro con la muerte de su hijo mayor en 2003 mientras cubría la guerra entre Estados Unidos e Iraq

Partida de dominó entre Anguita, Arenas y Aznar en Córdoba ABC

Rafael Ruiz

A los pocos minutos de que se conociera la muerte de Julio Anguita , ya había en internet una recogida de firmas para cambiarle el nombre a la plaza de la Corredera y ponerle la rotulación del político fallecido por un ataque al corazón. La elección de la plaza porticada no se realiza al azar. Anguita siempre ejerció de vecino del barrio donde tenía su partida de dominó con los amigos de siempre. Una silla que ha quedado libre para desolación de los parroquianos de la taberna El Sótano , que tanto frecuentó.

La presencia de Anguita provocaba un «oh» entre los turistas de paso que el excoordinador general de Izquierda Unida siempre intentaba evitar de la forma más educada posible. A pesar de su enorme difusión, el exalcalde de Córdoba llevaba regular que lo pararan por la calle o le pidiesen fotos. Le gustaba pasar desapercibido, si ello era posible. Que casi nunca lo fue. Aún así, Anguita siempre se mantuvo fiel a sus paseos, a sus costumbres y a sus amistades.

Anguita nació en Fuengirola casi por avatares del destino de una familia condicionada por la profesión militar de su padre, un hombre conservador de la vieja escuela, según explicó en una memoria dialogada con Juan Andrade. La familia estuvo viviendo en varias ciudades e incluso pasó un tiempo con sus abuelos en Galicia mientras su padre combatía al maquis. El fallecido político no se asentaría en Córdoba hasta los cinco años donde llegó de la mano de la familia materna, que residía en Cañero aunque su territorio siembre estuvo en la zona de la Magdalena .

Alumno de Ricardo Molina y Dionisio Ortiz , estudió en la Academia Hispana de Córdoba de donde salió como bachiller. Estudió primero Magisterio y después Historia. Es en uno de sus destinos, Montilla, donde entra en contacto con la política clandestina y no en el PCE sino en la Comuna Revolucionaria de Acción Social. Un pequeño grupo donde se dan la mano anarquistas, cristianos de base y funcionarios del Estado. La exconcejala María José Moruno era quien coordinaba.

Anguita llora la muerte de su hijo Julio en el funeral ABC

Anguita no entraría en el PCE hasta ya entrados los años 70 cuando ya estaba casado con su primera esposa, la exconcejala Antonia Parrado. El resto es historia política de España. Desde sus malas relaciones de hierro con Santiago Carrillo -se detestaban y era mutuo- hasta su marcha a Madrid. En 2007, el político contrajo matrimonio con una compañera del instituto Blas Infante, Agustina Martín, en una ceremonia privada en Ciudad Rodrigo.

El exalcalde cuidó de su intimidad todo lo que se puede preservar la privacidad en una ciudad como Córdoba donde todo el mundo se conoce. Fue uno de sus hijos quien fue protagonista del mayor drama personal. Julio Anguita Parrado era un joven periodista que trabajaba en la sección de Internacional de «El Mundo» y en la corresponsalía del diario en Estados Unidos. En 2003, Julio hijo, el mayor de los vástagos del político, cubría la guerra entre Estados Unidos e Iraq con la tercera división del ejército norteamericano, en plena ofensiva sobre Bagdag . El campamento en el que se encontraba, una zona militar de comunicaciones, recibió un ataque directo con misiles. Julio Anguita Parrado y el fotógrafo alemán Christian Liebig murieron en el acto. La repatriación del cadáver y el entierro del periodista, a cuya memoria se ha dedicado un premio internacional para reporteros que trabajan en zona de conflicto, dejó una de las frases más dolientes de Anguita padre: «Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen». Anguita Parrado tenía 32 años.

La larga carrera política del fallecido exalcalde de Córdoba ha dado también para anécdotas menos luctuosas. Y la del arma de fuego probablemente sea la más famosa. Desde los tiempos en la Alcaldía, Anguita solía ir armado. Llevaba una cartera con una pistola por si las moscas. Era un revóver calibre 38 de la marca Astra. El excoordinador general de IU siempre fue conocido por los largos paseos que daba por la ciudad. En 2002, cerca del Alcázar, un joven de 21 años se le acercó y le pegó el tirón de la carterita en la que el político cordobés llevaba la pistola. La Policía montó un dispositivo de cierta entidad para localizar al autor de los hechos que Anguita aseguró no haber reconocido claramente. El arma fue encontrada en el interior de un automóvil quemado en el barrio del Guadalquivir . Días después, el autor del robo fue también arrestado. Joussef R. fue detenido por la Policía cuando intentaba robar una motocicleta cerca de la antigua estación de Córdoba.

Anguita no era tampoco de los políticos que se achantaban . En plena tempestad por las acusaciones de colaborar con el PP, realizó una comida privada con José María Aznar y con Javier Arenas que acabó con una partida de dominó. Su salida de la política también fue noticia. Decidió renunciar a la pensión a la que tenía derecho como diputado en el Congreso asegurando que tenía suficiente con lo que correspondía como funcionario. Volvió a dar clase al instituto Blas Infante.

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