El Estilita

Merienda de negros

La Junta y el Gobierno, a tiros por la inmigración

La canceller Angela Merkel y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Efe
Javier Tafur

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Nuestro provinciano diario del régimen ha caído en la esquizofrenia . Un día editorializa sobre la «mentira del efecto llamada», que atribuye a la demagogia de voces conservadoras, y al otro «reconoce que las pateras siguen llegando a las costas andaluzas» y generan «una situación excepcional»; a la vez que denuncia la apatía del gobierno de la nación , que «no actúa para aliviar la presión que sufre Andalucía ». Entre uno y otro día, explicando la sorprendente paradoja del obediente medio de comunicación, aparecen las declaraciones de Manuel Jiménez Barrios , en las que tacha de insostenible la situación de la autonomía y de incoherente la postura de Sánchez , que no aporta recursos ni promueve la responsabilidad compartida en la difícil solución del problema originado por la inmigración descontrolada .

Que Susana y Pedro no se tragan resultaba patente. Que el vicepresidente de la Junta espete por escrito lo que antecede a Carmen Calvo resulta incluso patético. Los socialistas no tienen el corazón partido, lo tienen destrozado entre tantos socios aviesos que les requieren fingir que gobiernan mientras ellos medran. Pero es cierto que al menos son fuertes, aparentemente invencibles, en este sur menesteroso que tienen enfeudado. Al cabo, es el único predio que nunca les abandona. Por eso Pedro Sánchez vuelve a Doñana , a respirar la marisma del socialismo original y ese hondo folclore clientelar que da votos hasta en Cataluña . Y se trae de invitada a Ángela Merkel , que es pueblerina y carnal, como Susana Díaz , y tan de derechas como ella. Pero no es rubia de bote. Las rubias de bote plagan nuestro panorama político. Y tal vez sea un error. La última rubia de bote incorporada al estrellato es Begoña Gómez . Su marido la ha nombrado reina de África , acaso por no oirla. Son títulos que como vienen se van, sin más consecuencias, como los másteres. A veces se conceden tan solo porque sí. A la postre, una rubia de bote bien dado vale en el Magreb dos camellos. Nada que ver con lo que puede cotizarse una rubia de verdad. Supongo que lo habrán tenido en cuenta. Quizá Pedro pensara en algún momento que el muy estricto encanto de Carmen Calvo reside precisamente en no ser rubia de ningún modo. Merkel es rubia natural y tan conservadora como solo puede serlo una alemana. Las alemanas siempre tiene algo que perder. Después de asumir los presupuestos de Rajoy , a Sánchez le faltaba aceptar la égida europea de Merkel para convertirse en lo que todo el mundo, fuera de España , piensa que debe ser. Yo no creo que sea capaz, aunque sospecho que a él en el fondo le gustaría intentarlo. Tal es el embeleco que tienen los socialistas encima: un tío que se las da de progre, que es un pijo y que como mucho puede ir de galán de Corín Tellado .

La Real Academia de la Lengua define la merienda de negros como «confusión y desorden en que nadie se entiende». Hubo un tiempo en que añadía la posible derivada de un «reparto caprichoso o desaprensivo». Ambas expresiones son adecuadas para la ocasión, según describen los editoriales periodísticos la disparatada situación actual de las migraciones. Aunque en este caso no sean los negros de allende los actores principales, sino los blancos de aquí mismo los que curiosamente hacen el indio.

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