Contramiradas

María Cumplido: «En las matemáticas busco la belleza»

Miles de niños y niñas llorarían de perplejidad con este titular. Para encontrar belleza en el álgebra tienes que ser un pitagorín. O María Cumplido

La matemática cordobesa María Cumplido ABC
Aristóteles Moreno

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Tiene la cabeza llena de números . Pero no de números simples. Por sus neuronas no circulan sumas ni restas, ni si quiera raíces cuadradas, sino un universo matemático fronterizo con la filosofía. Baste decir que acaba de ser galardonada con el Premio Vicent Caselles por la resolución de un problema que llevaba 20 años sin respuesta. Ahí es nada. Podríamos revelar también que ha centrado su investigación en el campo de la teoría geométrica. Concretamente en el estudio de grupos de trenzas , cuyas partículas se mueven en tres dimensiones sin llegar a colisionar.

Pero quizás no sea necesario entrar al detalle. Lo verdaderamente importante es que estamos ante una emergente investigadora que encuentra en las matemáticas puras un espacio de belleza sin aditamentos. Vive en Edimburgo , donde tiene una beca postdoctoral en la Universidad Heriot-Watt . Por teléfono, su voz suena fresca y risueña, alejada del típico cliché de empollona de clase. Pero lo es.

Es experta en la asignatura más odiada del colegio. ¿Es consciente de ello?

Sí. Me da un poco de pena. El problema no es las matemáticas . Es cómo las enseñamos. Hay mucho miedo a ellas y una predisposición a odiarlas.

María Cumplido no las odiaba. Navegaba en el álgebra y la geometría con una destreza poco frecuente en el aula, aunque, contra toda lógica, también amaba el mundo de las letras. Se decantó finalmente por el territorio cartesiano de las cifras cuando se embarcó en algunas olimpiadas matemáticas. Y ahí descubrió la excitación de resolver ecuaciones insolubles. Dueña de un expediente sobresaliente, eligió la carrera de Matemáticas Puras, que completó en la Universidad de Sevilla . Entonces sobrevino un obstáculo típicamente español. Aquí apenas hay financiación pública destinada a la ciencia básica y tuvo que emigrar a Rennes (Francia) para culminar su tesis doctoral. Después vino Borgoña y, más tarde, Edimburgo.

¿Qué busca en las matemáticas?

La belleza. Me gusta lo bonitas que son. Están basadas en cinco o seis principios básicos y con eso se construye todo un edificio enorme en el que se basan un montón de ciencias más.

¿Hay belleza en el álgebra?

Mucha. Claro. Yo estudio conjuntos con propiedades parecidas a la suma. Hay cosas muy complicadas.

Y, según se ve, las letras no le aburren.

No. En matemáticas es súper importante saber expresarse. Imagínese: uno tiene una idea súper complicada en la cabeza y tienes que explicarla. Las matemáticas se parecen más a la filosofía que a cualquier otra ciencia.

¿Todas las ecuaciones tienen solución?

No. Hay ecuaciones que no se pueden resolver. Y hay problemas muchos años abiertos, cuya intríngulis es saber si se pueden resolver o no.

«El problema no es las matemáticas. El problema es cómo las enseñamos. Hay una predisposición a odiarlas»

Entonces las matemáticas no es una ciencia exacta.

Sí es exacta. Es exacto decir que no puedes resolverlo.

¿Pero las cifras no cuadran siempre?

Los números sí. Pero en las matemáticas no hay solo números.

¿Qué más hay en las matemáticas?

Hay objetos como, por ejemplo, la topografía que estudia la superficie y las distancias no las puedes cuantificar.

He intentado entender la teoría de las trenzas, pero sin éxito. Lo confieso.

Las trenzas son objetos. En el plano, hay partículas que se mueven pero que nunca colisionan. Ese movimiento lo traduces a tres dimensiones y cada vez que se mueve una partícula baja un poquito. Y esas cuerdas que se entrecruzan, forman una estructura algebraica que se llama grupo.

¿Para qué sirve una raíz cuadrada?

Esa es una buena pregunta [risas]. Hace muchos años que no la hago. Es una operación básica como puede ser sumar o restar.

Sabe mucho de algo que no tiene aplicación práctica. ¿Hay algo más friki?

[Risas] ¿Y los que estudian los planetas y las partículas a tres mil años luz para qué sirve?

Eso es salirse por la tangente.

Hay muchas cosas que no tienen aplicación práctica. ¿Para qué nos sirven muchos libros de filosofía? Para comprender el razonamiento , la ética o cómo pensamos. ¿Y las matemáticas? Para desarrollar la lógica y aportar conocimiento. ¿Para qué sirve una obra de arte?

«En matemáticas no solo hay números. En realidad, se parecen más a la filosofía que a cualquier otra ciencia»

¿Sueña con algoritmos? ¿O son pesadillas?

Cuando estoy obsesionada con un problema, sueñas que lo estás resolviendo.

Y se acuesta con una calculadora por si acaso.

No. De hecho, no la uso desde hace años. Los matemáticos no usamos calculadoras .

¿Qué usan entonces?

Los matemáticos no hacemos cuentas sino que estudiamos cómo se hacen. No aprendemos a sumar 2 más 2 sino A más B.

Madre mía. ¿Y dos más dos son cuatro?

No siempre. En base decimal, sí. En otras bases, igual no.

¿Las matemáticas es cosa de hombres?

No. Es cosa del ser humano. Lo que pasa es que tradicionalmente a las mujeres se nos educa para que nos interesemos por otras cosas y muchas piensan que las matemáticas no es para ella. Hay un estudio muy curioso que demuestra el sesgo de género . Propones un problema de geometría. Y, si dices que es un problema matemático, los niños lo hacen mejor. Pero si dices que es un ejercicio de dibujo , lo hacen mejor las niñas. Y es el mismo ejercicio. Estamos criando a las niñas para que piensen que no son igual de válidas.

Dice usted: «Mi madre importa, e importa mucho, y no quiero renunciar a su apellido».

En los países hispanohablantes conservamos nuestros dos apellidos y nos morimos con ellos. En Francia , la mujer se pone el apellido del marido. Y me ha parecido siempre algo muy arcaico. Es como pasar de pertenecer a tu padre a pertenecer a tu marido. Encima hay mujeres que son matemáticas y publican sus artículos con el apellido de su marido. ¡Si yo le debo la educación a mis padres! Lo menos que puedo hacer es publicar con sus apellidos.

O sea, que se va a casar en España.

Bueno, no sé si me casaré, pero aunque te cases en Francia no tienes por qué cambiarte el apellido.

«Estamos criando a las niñas para que piensen que no son igual de válidas que los hombres»

¿En la ciencia las mujeres también lo tienen más crudo?

Yo creo que sí. Los sesgos que empiezan en la infancia hacen pensar a las niñas que no sirven para la ciencia. Y luego está el «fenómeno tijera»: hay muchas mujeres en Biología o en Matemáticas, por ejemplo, pero en puestos de responsabilidad, en doctorado o como profesores, ya hay más hombres. Las mujeres se van cayendo por el camino. Ellas se suelen sacrificar por la familia y tienen que elegir entre su trabajo y su vida personal.

¿Lo que no es ciencia es barbarie?

Claro que no. Las humanidades no son ciencia y son muy importantes. Si nos referimos a las seudociencias , pues sí. Lo que es barbarie es todo lo que no sea racional o de corte ilustrado.

¿Y las matemáticas explican a Dios?

Todo lo contrario. Y, en su existencia o no, las matemáticas no tienen nada que decir. Ni a favor ni en contra. Eso es tarea de la ciencia o de la filosofía.

¿Qué quiere ser cuando sea mayor?

Dedicarme a lo que me dedico ahora. Investigar y dar clase . Siento que es la parte útil e inmediata. Y dar clase es devolver a la sociedad lo que me la sociedad me ha dado a mí. Y también me gusta hacer mis teoremas .

Lo mismo acaba formulando el «Teorema de María Cumplido».

Bueno, sí. Tengo varios algoritmos [risa] y varios teoremas. Lo que pasa es que no le pones tu nombre.

El suyo sería, en realidad, el «Teorema de María Cumplido Cabello».

Sería Cumplido y ya está. Que a los ingleses ya les cuesta pronunciarlo.

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