Mirar y ver

Ser nadie

Esta niña, que nació en Argelia y llegó en patera a España, tenía su nacimiento sin registrar; estaba aquí invisible al mundo

La niña, cuyo registro ha sido ordenado por un juez de Montilla ABC
María Amor Martín

María Amor Martín

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Cuesta escribir sobre una niña apátrida , porque no se trata solo de un concepto jurídico, sino de una situación de violación evidente del derecho humano más fundamental y de un síntoma escandaloso de las injusticias disimuladas de nuestra época. ¿ Cómo es posible que aún hoy alguien pueda no ser , ser nadie ? Nació hace diecinueve meses. Su madre salió de Camerún con el deseo de alcanzar un futuro mejor, porque, en contra de lo que algunos creen, no hay quien ponga en peligro su vida innecesariamente.

En la larga y arriesgada travesía , de camino, en Argelia , dio a luz . Nadie supo que había nacido, excepto su madre y las personas que la acompañaban o la asistieron, si es que las hubo. A España llegó en patera . Tres países, el de salida, el de tránsito y el de llegada y ninguno registró su nacimiento. Estaba aquí, pequeña e invisible para el mundo . Una nadie del poema de Galeano: «Los nadies: los ningunos, los ninguneados, […] que no son, aunque sean». ¿Cómo es posible que alguien siendo, no sea?

Hay actos personales que cobran una magnitud extraordinaria, que enderezan el rumbo de circunstancias erráticas, que cambian el mundo para bien. Parecieran que son espontáneas, pero no surgen por casualidad. Que cada uno es hijo de su época es cierto, pero en todo tiempo ha habido personas que han sabido mirar críticamente lo que les ha tocado vivir, que no se han dejado llevar o no han sido cómplices de lo establecido y que han defendido lo justo y bueno , alejándose de la necedad o de la barbarie.

Así me parece la decisió n del juez de Montilla Francisco José Ortega Reyes de registrar a esta niña , disposición asentada, sin duda, en convencimientos profundos que provocan hechos tangibles . El magistrado sabe que la pequeña no tiene una existencia legal, pero que su dignidad está por encima de cualquier otro requerimiento y tiene derecho a su reconocimiento tan solo por nacer. Así que, en un acto inédito y sólidamente fundamentado, dictó una resolución judicial para que fuera inscrita en el registro civil de su localidad , lo que le concede un nombre , una identidad y la posibilidad de una nacionalidad . Será cordobesa, precursora y símbolo de esperanza para otros menores, obligados a mendigar su derecho a existir.

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