Una niña abre los regalos que le han dejado los Reyes en su salón
Una niña abre los regalos que le han dejado los Reyes en su salón - RAFAEL CARMONA
FIESTAS

Una mañana de Reyes, sol y juguetes en Córdoba

Tras la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar, los niños disfrutan en las calles y en las casas de sus regalos

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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«He cazado un Pikachu y un Charmander», gritaba Domingo mientras lanzaba su «pokeball» en uno de los jardines del Paseo de la Victoria. Hugo, en cambio, volaba con la máscara y la capa de Batman que los Reyes le habían dejado en su casa. «me he portado bien, por eso me han traído casi todo lo que pedí en la carta», expresaba. Como cada seis de enero, los regalos y la imaginación de cientos de niños cordobeses, como Hugo y Domingo, irrumpieron ayer en las calles y plazas para jugar con lo que Sus Majestades habían dejado en sus hogares.

Pokemon, superhéroes, los personajes de la «Patrulla Canina», playmobil y las tradicionales bicicletas y patines protagonizaron una jornada en la que los mayores destacaron la «ilusión» y la «alegría» que podían apreciar en la cara de los más pequeños de cada casa.

Además, el buen tiempo, con mucho sol y sin excesivo frío, ayudó a que disfrutaran de sus regalos al aire libre.

«Se ha despertado más temprano de lo normal, y muy nervioso ha corrido al salón, donde le esperaban los juguetes que había pedido», explicaba Raquel Ibáñez, madre de Hugo, que el próximo marzo cumplirá cuatro años. Este año los Reyes Magos no han podido traer todo lo que aparecía en la carta, pero han intentado dejar juguetes «para disfrutar en la casa y otros para la calle», recalcaba la madre al describirlos.

En casa de la familia Bonilla Balsera también amaneció pronto, poco antes de las nueve. Álvaro, de 10 años, fue el primero en abrir los ojos y encargarse de despertar al resto para dar la voz de alarma: «Los Reyes han venido». Casi al instante, Juan y Rebeca y su hermano, Rubén, de 3 años, corrieron hasta el salón. Allí estaba todo lo que Sus Majestades habían dejado.

Dos niñas juegan en la calle con sus regalos
Dos niñas juegan en la calle con sus regalos - RAFAEL CARMONA

Entre todos los regalos destacaba una bicicleta de montaña -«ya talla adulto», explicó Rebeca- para su hijo. Fue su regalo principal y que estrenó ayer mismo. Su botín lo completaron unos auriculares con bluetooth y un disco de Abraham Mateo. Rubén, su hermano pequeño, tuvo su juguete favorito, los Súper Wing, además de artículos de cocina para niños. «Es un cocinillas», apuntó Rebeca, que subrayó que es una «tradición desde que nacieron mis hijos que todos los años celebremos en casa el día de Reyes con un almuerzo». Ayer tocó cuscús para los adultos y tortilla de patatas para los pequeños.

Los Reyes Magos también hicieron sus paradas en casa de los abuelos y los tíos. Y los más pequeños lo sabían. María, de tres años, paseaba con una sonrisa mientras su tía, Blanca, la acompañaba a su casa en el Parque Azahara. «No sé si habrán dejado todo lo que pedí», aunque su tía le avisaba que podía estar entre los regalos la muñec que tanto ansiaba.

El bulevar de Gran Capitán fue otra de las zonas convertida el Día de Reyes en un lugar donde los niños pasearon sus estrenos. Allí, los mayores como Daniel mostraban juguetes más tecnológicos, como el dron «que habían dejado en casa de los abuelos». Por la tarde, Daniel ya advirtió a sus padres que la pasaría jugando al videojuego que le había traído.

La leche y las galletas para Sus Majestades, el agua para los camellos, el buen comportamiento y las extensas cartas parece que dieron sus frutos a los niños cordobeses. Un seis de enero de Reyes, juguetes y sol, combinación perfecta que permitió vivir un día «ilusionante» a jóvenes y mayores.

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