José Luque - Desde mi rincón

Lo malo y lo peor

El presupuesto «a tres» de la alcaldesa es una tomadura de pelo

Ambrosio, García y Bellido, en un Pleno Valerio Merino

Cronológicamente las noticias son las siguientes: A finales de julio la teniente de alcalde de Hacienda del Ayuntamiento de Córdoba, Alba Doblas , propone la congelación de impuestos y tasas para Córdoba en 2018. A primeros de septiembre, el viceportavoz del PP, Salvador Fuentes, tras reunirse con la señora Doblas, afirmaba ser optimista respecto de la aprobación de las ordenanzas fiscales municipales. El Pleno del Ayuntamiento celebrado el 12 de este mes, rechaza la aprobación provisional del expediente de renovación de la ordenación fiscal para 2018, con los votos en contra del PP, Ganemos, C’s y UCOR.

Cualquier ciudadano interesado en el futuro de esta ciudad se habrá preguntado por las razones de los diferentes líderes para rechazar una propuesta que, a todas luces y dada la precariedad del gobierno de la ciudad, no parecía desdeñable. Sólo conocemos las expuestas por el grupo Ganemos que, entre otras, exigía cobrar el IBI a determinados inmuebles de la Iglesia, recargos a las segundas y ulteriores viviendas o establecer una tasa turística. De los demás partidos poca o ninguna información nos llega. En principio, el PP dijo que no había existido dialogo. ¿En qué quedamos? ¿Hubo o no hubo negociaciones? ¿Qué fue lo que impidió que se aprobaran unas Ordenanzas que congelaban los impuestos y tasas en Córdoba para 2018?

Uno, que por la edad que no es otra cosa que experiencia, recuerda frecuentemente el chiste del paralítico que iba a Fátima a pedirle la Virgen su curación, cuando el carrito donde iba perdió los frenos en una pendiente, bajando a toda velocidad y a punto de estrellarse, levantó los ojos y dijo «Virgencita Virgencita, no hace falta que me cures, me conformo con quedar como estaba». Pues eso digo yo. Mejor que la propuesta que hizo el actual equipo de gobierno, dudo que la veamos. Ojalá me equivoque. Pero conociendo el paño político que tenemos, la experiencia nos enseña que trabajan con la máxima «ande yo caliente y que se fastidie el contribuyente».

¡Y claro que piensan así! Sólo pasaron unos días cuando la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio , anuncia que prevé aprobar «unos presupuestos a tres». Por si alguien pudiera pensar que el Partido Popular iba a ser el convidado al acuerdo, la que debería ser alcaldesa de todos los habitantes de Córdoba deja claro que se trata de «unos presupuestos a tres que compartamos desde el primer momento en igualdad de condiciones con Ganemos». Esto merecería una contestación a la altura del desprecio que esta señora hace a la mayor parte de los ciudadanos a los que debe representar.

Estos son los hechos y ya veremos cuáles son las consecuencias. Lo que no es de recibo es que nuestros votos vayan muchas veces dirigidos a evitar lo peor votando lo malo, mientras ellos son incapaces de votar lo malo castigando a sus representados con lo peor.

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