Antonio Briega convive con 200 perdigones en el interior de su cuerpo. «Me dispararon con una escopeta de caza a un metro y medio de distancia. Entre el disparo y mi cuerpo sólo se interpuso la vidriera de un zaguán», explicó este jueves este guardia civil, que resultó gravemente herido al acudir a detener a un hombre. Antes de eso, él y un compañero habían puesto a salvo a su exmujer, víctima de violencia de género. El agresor le disparó desde el interior de la casa, en el municipio cordobés de Montalbán.
La labor de la Guardia Civil de Córdoba, en primera persona
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