Desde mi rincón
Daño a la democracia
Montero prometió apañar lo de las plusvalías y se le aplaudió a rabiar: inaudito
Considero que no podemos dejar pasar las palabras que en el Congreso Regional del PSOE-Andalucía pronunció la ministra de Hacienda y anterior consejera de la Junta, María Jesús Montero . Ante un nutrido grupo de socialistas, la ministra, para evitar las pérdidas de recaudación que conlleva la aplicación de la sentencia del Constitucional declarando inaplicable y nulo el llamado impuesto de plusvalía, se comprometió de manera vehemente y altanera que en dos días pondría las cosas en su sitio para que los ayuntamientos pudieran seguir ordeñando las ubres ciudadanas. Ante esas palabras los asistentes se pusieron de pie para aplaudir de manera rabiosa a tan maravillosa noticia. Sólo faltó oírlos cantar «qué buena es la ministra Montero que nos hace pagar más». ¿Estos son los que tienen o quieren tener la confianza del pueblo soberano ? ¡Apañados vamos!
Causa extrañeza que nadie perdón por los chiringuitos, asesores, coordinadores, amigos y familiares colocados sin funciones. O por las corruptelas que como los ERE han originado un enorme despilfarro en Andalucía . Tampoco pidieron perdón por haber cobrado ese impuesto cuando hace años el Constitucional manifestó que el método de cálculo dejaba mucho que desear para ser justo. Ni han hecho propósito de enmienda para eliminar los muchos gastos improductivos que existen en las administraciones. Comprobar que nada de eso pudimos oír y nada se dijo de los despropósitos cometidos en la Junta durante años de administración socialista, me llevan a decir que los cargos asistentes al congreso no actuaron pensando en los andaluces sino en sus intereses personales y partidistas.
Actuaciones como las de ese congreso y comprobar amargamente que algunos alcaldes del PP, como el de Córdoba , justifican la nueva norma diciendo que aporta seguridad jurídica, cuando son muchos los juristas, fiscalistas y ayuntamientos del PP que la califican como despropósito, me lleva a decir que siento pena por el daño que desde el poder político se hace al sistema democrático en España.
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