Desde mi rincón

Atrevámonos a pensar

La mentira, la media verdad, el incumplimiento de las promesas o los silencios sobre determinados asuntos, se ha convertido en costumbre en la actividad política

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión de control en el Congreso José Ramón Ladra
José Luque

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«La falsedad , junto con esa ambigüedad calculada en el lenguaje que permita incumplimientos de promesas sin riesgo para quien las hizo de ser tachado de mentiroso, es moneda de cambio entre las personas. Esto se torna más llamativo aún entre gobernantes y gentes con responsabilidad pública o con poder para incidir en la vida comunitaria, los cuales en el ejercicio de sus responsabilidades suelen decir lo contrario de lo que piensan, que es el paradigma de la mentira». Hasta aquí un párrafo del artículo del craterano, buen escritor y mejor persona, Francisco de Paula Sánchez Zamorano (Carcabuey, 1957), con el título ‘La manipulación como instrumento de acción en el ejercicio del poder’.

La mentira , la media verdad, el incumplimiento de las promesas o los silencios sobre determinados asuntos, se ha convertido en costumbre en la actividad política. Unos más que otros, todos mienten y defraudan. No sólo hablo del Gobierno actual de España donde la transparencia es inexistente y las mentiras y silencios infinitos. También hablo de una oposición incapaz de defender sin complejos los principios en los que dice creer. Y de quienes gobiernan comunidades autónomas , que buscan satisfacer la política de sus partidos más que los intereses de sus representados. Sin olvidar a los responsables municipales que incumplen los plazos de entrega de los servicios, buscando, por su interés personal, que las inauguraciones se acerquen a las próximas elecciones .

Afirma el escritor carcabulense que «va siendo hora de enfrentarse cívica y críticamente para superar la tesitura de votar entre dos males optando por el menor». Para que esto sea realidad, es necesario que antes de aceptar las cosas que dicen, hacen o callan los políticos, usemos nuestra habilidad para pensar por nosotros mismos, para descubrir si es cierto lo que dicen o si callan lo que no deberían callar. Todo, antes que la democracia se pervierta en un totalitarismo donde el ciudadano cree ser portador de la soberanía, cuando la realidad es que no es ni dueño de su destino.

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