Pasar el rato

El poder judicial

El último reducto de dignidad que le queda a España está en manos de jueces y magistrados independientes

Alfonso Guerra, que sentenció que Montesquieau había muerto ARCHIVO
José Javier Amorós

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los momentos negros son, / las perspectivas son negras. / Lloran porque están perdiendo / a chorros la independencia. / Pedro Sánchez se ha propuesto / ser él quien dicte sentencias. / Lo que tienen que perder / es a chorros la paciencia. / Y pegar con las puñetas / un puñetazo en la mesa. / Ay, quién fuera delincuente / juzgado por Pablo Iglesias . Hoy marchamos marchosos por el caminito político del poder judicial, bacheado por diputados y gobernantes sin formación jurídica, y por unos cuantos jueces sin formación moral. Si esos seres inicuos se hacen con la justicia en España , Corea del Norte nos parecerá un paraíso de libertades. La Asociación Profesional de la Magistratura celebra esta semana en Córdoba su XXV Congreso Nacional . El título del congreso, ‘Montesquieu vive’, es poderoso y evocador, pero excesivo para los conocimientos de los otros dos poderes del Estado , que en su mayoría no saben quién fue Montesquieu . Tampoco lo sabía Alfonso Guerra , que sobre él hizo una frase.

El injustificado prestigio intelectual de Alfonso Guerra viene de su capacidad de hacer frases con la ignorancia. El último reducto de dignidad que hoy le queda a España está en manos de jueces y magistrados independientes, independientes incluso de su propio carácter, bien formados intelectual y moralmente. Cuando los otros dos poderes del Estado van a por ellos y el acomodadizo y servil pueblo soberano abandona, los jueces mejores, que son casi todos, se mantienen firmes e imperturbables en su trabajo, para salvar los restos del naufragio de la convivencia. Despreciamos lo que ignoramos, pero conviene tener presente que, antes o después, todos acabaremos ante un médico y ante un juez. Aunque se trate del médico forense y el Juez Eterno . Los jueces cordobeses son los anfitriones del Congreso de la APM . En Córdoba hay buenos jueces, que son también buenas personas. O son buenos jueces porque son a la vez buenas personas. Cuando el oficio se disocia de la bondad, de la humildad, de la humanidad, lo que queda es Baltasar Garzón. Inmenso poder el que tienen los jueces, que unos pocos de ellos consideran incorporado a su patrimonio personal, y no lo administran como un préstamo de la sociedad. Ser justo es someter a la justicia el propio interés, la propia comodidad. ¿Y si eso no se hace? Entonces —podríamos decir, parafraseando al gran Alain —, conténtate con ser poderoso, pero no pretendas además ser justo. La justicia no es fácil ni cómoda. Realizada conforme a su objeto es una virtud. Y eso no sólo atañe a los jueces, también a todos los ciudadanos. Ser justo es más importante que ser juez .

Pedro Sánchez , el Gran Juzgador, no es el mal absoluto por falta de capacidad intelectual para llegar tan lejos. Tiene tan poco desarrollada la facultad de razonar que siempre necesita tener razón. Inspira temor porque no tiene escrúpulos. Está más cerca de Calígula que de Winston Churchill . «Mañana encerraré a los españoles en sus casas, y levantaré la prohibición cuando me plazca». No necesita juzgarnos, porque para él todos somos culpables. Culpables de que siga en el poder.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación