DESDE MI RINCÓN

Hablemos de candidatos

Necesitamos un candidato convencido y dispuesto a liderar un cambio en las formas y maneras de ejercer el cargo

José María Bellido, candidato del PP al Ayuntamiento de Córdoba, único elegido hasta ahora ÁLVARO CARMONA
José Luque

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El economista y empresario francés Jean-Baptiste Say , dijo que «una de las mayores pruebas de mediocridad es no acertar a reconocer la superioridad de otros». Esta frase tiene un cierto parecido a otra que todos deberíamos tener presente: «Cuando a alguien se le sube el cargo a la cabeza, demuestra con ello que su cabeza está por debajo del cargo». Pronto los partidos nombrarán los candidatos a presidir el gobierno de la ciudad.

Algo de enorme importancia ya que uno de ellos regirá el destino de Córdoba durante cuatro años . Los ciudadanos tenemos derecho y obligación a decir alto y claro qué tipo de personas necesitamos, qué programa queremos y qué es lo que no estamos dispuestos a aceptar de ninguna de las maneras. Por eso esta columna.

Para decir que bajo ningún pretexto deberíamos dar nuestra confianza a quien consideremos mediocre. Actuando de otra manera estaremos afianzando algo que se viene diciendo desde hace tiempo y con lo que estoy totalmente de acuerdo: La enfermedad de nuestra democracia radica en unos partidos donde la mediocridad triunfa por encima del talento y la excelencia. Unos partidos liderados por personas en las que no aparece por ningún lado imaginación o proyecto de futuro.

Personas egoístas con afán de poder que se rodean de camarillas de leales y fieles, egoístas y con afán de poder, a los que les importa un comino el país, la ciudad y los ciudadanos a los que se deben.

Córdoba necesita un candidato capaz de generar confianza y unión en todos los ciudadanos. Un candidato carente de complejos que sepa contar con gente independiente y captar para su equipo talentos dispuestos a ejercer una eficaz y austera gestión municipal.

Una persona que, como cabeza de lista y aspirante a máxima autoridad política de la ciudad, lleve como bandera las ideas fundamentales de su partido, pero dispuesto a ejercer su responsabilidad desde la profesionalidad y la autonomía. Una persona cuyas decisiones deben estar siempre orientadas a la mejora de la ciudad y bienestar de los ciudadanos, por encima de cualquier otro objetivo. Necesitamos un candidato convencido y dispuesto a liderar un cambio en las formas y maneras de ejercer el cargo más digno al que puede aspirar todo político. ¡Ese sería un buen candidato!

Siempre he pensado que el mayor orgullo para cualquier persona es ser alcalde de su ciudad. Un candidato que actúe pensando que si algún día pierde la confianza ciudadana, el partido sabrá premiar su lealtad y fidelidad con otro cargo o responsabilidad, se descalifica a sí mismo. Un buen candidato y desde su nombramiento debe demostrar su independencia y entrega al bien común de los ciudadanos a los que aspira representar. ¿Habrá en Córdoba candidatos capaces de ganar nuestra confianza?

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