La galerista Carmen del Campo
La galerista Carmen del Campo - VALERIO MERINO
CULTURA

Las galerías de arte de Córdoba se abren a nuevas posibilidades

Las pocas salas que sobreviven en la ciudad lo hacen a duras penas

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CORREN malos tiempos para el arte. Muy lejos quedan ya esos años en los que los cordobeses, especialmente animados por el sueño azul del 2016, llevaron a las galerías de arte públicas y privadas a vivir años de bonanza. No ha pasado demasiado tiempo pero hoy se hace un mundo. Las salas expositivas no son rentables en Córdoba. El mecenazgo se ha comido al negocio del arte en tiempos en los que la falta de dinero y la incertidumbre por el futuro han desembocado en podredumbre cultural.

Del arte se puede prescindir, piensa la mayoría, pocos saben en realidad que el fomento de las habilidades plásticas son claves para el desarrollo intelectual e instructivo de la sociedad. Pero hay más, el arte es un medio de vida de artistas y por supuesto de sus principales intermediarios con el público.

Los primeros siguen creando en la intimidad y los segundos lidian con las circunstancias con sus galerías cada vez más vacías y los libros de cuentas temblando.

Nuevas posibilidades

En Córdoba, las salas que no han desaparecido luchan por mantener una programación a la altura aferrados a la idea más tradicional. Otras se han reconvertido en tiendas de artes plásticas. Y luego están las que se han conformado y aceptado que su galería viene a ser como un hobby que tienen que compatibilizar con otros puestos de trabajo de ingresos estables.

La directora de la galería Carmen del Campo, que acaba de cumplir 15 años, ve futuro al comercio del arte pero desde luego «bajo otros retos que se adapten al constante cambio de un mundo global y a sus actuales circunstancias sociales y económicas». Del Campo defiende la idea equivocada de que la compra de arte es un lujo, «se pueden adquirir obras originales de artistas desde 20 euros», explica. Su interpretación tiene base, a día de hoy el mundo del arte sigue siendo desconocido por la sensación de inalcanzable que le acompaña.

«Es innegable la antipatía que sigue despertando el arte, una idea fomentada por la idea de lujo y de lo caro. Es una lástima porque las obras, ya sea pintura, escultura o fotografía, son una parte fundamental en nuestras viviendas. En la cultura anglosajona esto es un imposible, para ellos es vital que los cuadros de su hogar les represente. En España y especialmente en Andalucía, y Córdoba por supuesto, preferimos invertir nuestro dinero en pantallas planas y ni nos planteamos comprar un grabado de 80 euros», dice al respecto Antonio Jiménez, responsable de Arte 21.

«El coleccionista es agradecido con las propuestas de la ciudad»
Carmen del Campo , galerista

Arte 21 tiene la intención de reabrir las puertas de su sala expositiva. Pero las posibilidades y el deseo son dos realidades muy distintas. «Fijaremos una nueva sede y volveremos a abrir nuestra galería pero no en esta ciudad, ni siquiera en Andalucía. De Madrid para arriba», cuenta su gerente. Y añade: «Córdoba como aficionada del arte no es que sea especial es que es completamente atípica».

También tiene su propia opinión sobre este asunto Carmen del Campo. «El coleccionista es agradecido con las propuestas expositivas de la ciudad, pero al margen de un pequeño sector muy especializado interesado en estilos como la abstracción o el arte conceptual, Córdoba sigue siendo muy tradicional artísticamente hablando. No son muy receptivos a las nuevas corrientes artísticas, lo figurativo tiene mucho peso en el criterio del público aún», apunta.

El trabajo de una galería de arte siempre despierta curiosidad pero sigue siendo muy desconocido y lejano para la mayoría. Más allá de lo expositivo, mantienen viva la afición del coleccionista y fomentan la cultura y el trabajo de artistas locales, además de traer y dar a conocer en su territorio el de otros internacionales. También son rastreadores de nuevos talentos y por supuesto los principales intermediarios entre el artista y sus potenciales compradores.

«Las galerías son básicas en el coleccionismo, su labor es encomiable»
Juan Luque , pintor

Juan Luque, el exitoso pintor de Montilla, actualmente en Lógicas Territoriales de la galería Carmen del Campo, destaca la labor de los galeristas, muy especialmente de los dueños de salas privadas, «unos auténticos supervivientes». «Estas galerías son básicas para el coleccionismo, su labor es encomiable, una oportunidad para los artistas» explica Luque. El creador cordobés asegura que «este feedback es imprescindible para el mercado del arte». «El de los galeristas es un trabajo tan necesario como duro, no suelen recibir recompensa de lo que aportan, no sólo económicamente como trabajadores emprendedores que pagan sus impuestos y generan riqueza y puestos de trabajo, sino por el importante fomento de la cultura que desarrollan», termina.

Daniel Arenas, director de Sala Aires, lamenta que a pesar de que el arte no es «algo minoritario pues hay afición» sus carencias mediáticas le tengan en un punto tan delicado. «Las galerías y el propio artista están desamparados y la venta de cuadros no llega. Tenemos que resignarnos a que esta profesión parezca una mera afición, y una cosa no quita a la otra», afirma. Es evidente, nadie trabaja por amor al arte.

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