Tradiciones

Fiestas aracelitanas de Lucena: Un río de devoción en el día de la Virgen

La ciudad se echa a la calle en la festividad de la Patrona

Procesión de la Virgen de Araceli JOSÉ MARÍA GARCÍA

JOSÉ MARÍA GARCÍA

Como cada primer domingo de mayo la Lucena aracelitana se echó ayer a la calle para acompañar a su patrona, la «Madre Dulce y Buena» del himno compuesto por Pemán para la Madonna de Ara Coeli que un día, hace ya más de cuatro siglos y medio, trajera hasta tierras subbéticas el II Marqués de Comares, Luis Fernández de Córdova desde Roma, para hacerse un hueco en el corazón de todos los lucentinos. Lucena volvió a volcarse con la Virgen de Araceli , por la mañana con la solemne función religiosa y por la noche con la procesión oficial.

La Función es el acto litúrgico por excelencia en el programa de las Fiestas. Una parroquia de San Mateo decorada con los miles de flores depositados a las plantas de la patrona en la tarde del sábado y llena de público, acogía un acto religioso que tiene mucho de ritual devocional, el que resuenan cada año los acordes de la Misa del Campo Andaluz, composición musical que aglutina todos los palos del flamenco, creada por el compositor local Antonio Villa Álvarez de Sotomayor hace medio siglo.

Corte aracelitana, ante la Virgen JOSÉ MARÍA GARCÍA

Ayer volvió a ser cantada por parte de la Coral Lucentina , acompañada por la Orquesta del Conservatorio profesional de Música Maestro Chicano Muñoz bajo la batuta de Víctor Nájera Sánchez. David Aguilera, Vicario Episcopal de la Campiña y Capellán Administrador de la Obra Pía de María Stma. de Araceli, rodeado de buena parte del clero local , ofició la ceremonia.

A las 8 de la tarde, todavía con el miedo en el cuerpo tras la fuerte y prolongada tormenta que descargó sobre Lucena en las horas previas, se abrían las puertas de San Mateo para dar salida a la Virgen, vestida con la saya, manto y conjunto de palio rojos, para ser paseada por la cuadrilla de santeros mandada como «manijero» por Antonio Muñoz.

Función religiosa en San Mateo JOSÉ MARÍA GARCÍA

Acompañaron a la Patrona de Lucena la Aracelitana Mayor – Araceli Ranchal Rodríguez – y su corte de honor, Agrupación de Cofradías y cofradías filiales; la corporación municipal bajo mazas; representantes de la Policía Local, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía ; del Colegio de Abogados y los Juzgados de la ciudad; clero y un sinfín de fieles y promesas, alumbrando con sus velas y haciendo interminable el cortejo procesional.

Antes de entrar en el templo, se apagaban las luces de la Plaza Nueva y la Virgen se aproximaba a San Mateo, mientras empezaban a iluminar el cielo lucentino miles de cohetes, en una sinfonía de pólvora, humo, color y música aracelitana, un alarde pirotécnico de más de treinta minutos de duración, que cierra la noche de cada primer domingo de mayo, el día reservado por Lucena para su Patrona

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