Con catorce años se bautizó en una finca de Jaén. Allí logró su primer trofeo y daba continuidad a una tradición familiar . «Soy montero por mi abuelo paterno y por mi padre. Esto lo he vivido desde chico», afirma este montero con más de seis décadas de veteranía a sus espaldas.
Fernando López Fernández está de acuerdo en que los jóvenes de hoy siguen la estela de sus padres. Lo vive en su propia casa: «Yo asisto con mi hijo a monterías y puedo comprobar cómo los padres llevan a los niños». El relevo generacional está garantizado.
Desde su primera montería, las cosas han cambiado bastante. «Ahora la montería está más globalizada. Antes era más difícil enganchar a los cazadores , pero ahora hay tantos clubes, tantas asociaciones de amigos que se organizan monterías...». Se trata de cambios que considera «favorables»: ahora, dice, hay más reses que nunca. «Hace 30 años estabas en un coto de caza menor y cuando entraba una cierva íbamos todos locos detrás para cazarla».
« Hay más reses que nunca . Pero también es verdad que quedan más reses en el campo que antes». Por contra, la caza menor se ha ido perdiendo y los cotos retrocediendo, lamenta. Considera que la caza está siendo « denostada por desconocida . Si se la conociera bien se vería que todos los monteros y todos los que nos gusta la caza somos defensores de la naturaleza . Y es que cuenta más afición hay más se respetan las normas y más se respeta la naturaleza. Eso es algo que no se ve y por eso tenemos tan mala prensa».
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