Una joven vestida de gitana camina bajo un paraguas por la Feria de Córdoba
Una joven vestida de gitana camina bajo un paraguas por la Feria de Córdoba - ÁLVARO CARMONA
ÚLTIMA JORNADA

La Feria de Córdoba se despide cambiando el albero por barro

Varios chaparrones y una tormenta chafan la fiesta pero no terminan con la diversión

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Tras una semana de calor y de sol, la Feria de Nuestra Señora de la Salud quiso despedirse entre chaparrones. No se equivocaron las previsiones, y a partir de la una de la tarde, Córdoba vivió un día de Feria con lluvia, que no es que se dé todos los años, ni mucho menos, pero que de vez en cuando se sufre.

Tres momentos marcaron la jornada: el comienzo a la una de la tarde, el fuerte aguacero que llegó una hora después y, tras una tregua que parecía que iba a ser definitiva, una tormenta con ruido y agua a las seis de la tarde. Se sucedieron las escenas de jóvenes vestidas de gitana con el paraguas, de gente corriendo para meterse en las casetas, de jinetes y amazonas cubiertos por capotes y luego de los momentos en que se sortea el barro.

Farolillos al suelo

Pero a pesar de las casetas tapadas y de las atracciones a medio gas, pudo la fiesta venirse arriba al final de la tarde y lo que se espera de la noche. Encontrar los farolillos tirados por el suelo por culpa del viento no es lo que nadie sueña al desplazarse a El Arenal, pero supieron adaptarse los cordobeses y los muchos visitantes de la provincia en la extraña jornada.

La tibieza primaveral del ambiente consiguió secar un poco los charcos y evitar que fueran el espejo de una fiesta casi acabada y al encenderse las luces, por última vez en este 2016, las ganas de fiesta volvieron a brotar intactas. No fue lo mismo, pero casi. Sonó la música en las casetas, las atracciones volvieron a llenarse y muchos dijeron que si había que esperar tanto para una nueva Feria, lo mejor era disfrutar esta hasta el final.

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