El crítico gastronómico Capel, este sábado en el Palacio Episcopal
El crítico gastronómico Capel, este sábado en el Palacio Episcopal - RAFAEL CARMONA
PALACIO EPISCOPAL

Estrellas Michelín que salen de la clausura

Córdoba acoge a expertos y críticos gastronómicos que abogan por el cambio de rumbo de los conventos para subsistir

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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El I Congreso de Cocina Conventual ha reunido este fin de semana en Córdoba a expertos de la talla del crítico gastronómico José Carlos Capel, que apuestan por aprovechar esa sabiduría culinaria y hacer de los fogones de los conventos joyas de la cocina capaces de exportar el mejor producto posible por todo el mundo.

«Nos basamos en la idea de la rentabilidad que pueden obtener los conventos de clausura con su trabajo; en España hay conventos prósperos, muy poquitos; pero una gran mayoría que no tiene medios económicos de subsistencia. Nuestra teoría es que hay que renovarse, que cambiar el modelo tradicional de los conventos de clausura, respetando sus normas religiosas y creencias, todo; pero iniciando una nueva apertura al mundo, y elaborando dulces u otras actividades y haciéndolo comunicar», ha insistido Capel.

«¿Tiene sentido una monja tuitera o que publique sus post en facebook? Pues sí, totalmente», responde Capel. «El más moderno de los conventos de clausura es hoy por hoy el de las monjas clarisas del monasterio de Belorado (Burgos) se autofinancian con las trufas y bombones de alta gama que venden en tiendas gourmet y en restaurantes con estrella Michelin. La prensa económica le dedica una página mientras se convierten en un hito en Madrid Fusión rodeadas de los mejores chefs de postres como Albert Adriá. «Usan el mejor chocolate del mundo y han consegido algo único; la gente paga por ello lo que cueste», asegura Capel.

El congreso gastronómico que se celebra en el Palacio Episcopal hasta este domingo muestra vídeos de los fogones de los conventos como Las Capuchinas de Córdoba en los que las verduras de temporadas, en ocasiones, de su propio huerto, y la mezcla de sabores que traen monjas del otro lado del mundo y que forman parte del convento de las jerónimas aportando «fusión» con su pollo especiado, al que, por orden de la superiora, le quitan bastante pique es otro de sus secretos aún por explotar.

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