Presupuestos Generales del Estado

El Estado quiere pagar una obra que el Cabildo ya estaba realizando en la Mezquita de Córdoba

No existe constancia de acuerdos de colaboración para la rehabilitación de la Capilla Real

Últimas obras en la Capilla Real Valerio Merino

Rafael Ruiz

La política es un juego de once contra once donde siempre gana el Cabildo de la Mezquita-Catedral de Córdoba siempre que Carmen Calvo esté en el Gobierno. La política egabrense fue la que, desde Cultura, impulsó las obras del crucero y el coro renacentistas donde el Estado se dejó unos tres millones de euros de la época. Ahora vuelve a querer invertir en la Mezquita con 550.000 euros para la restauración de la Capilla Real .

La cuestión es que no había ningún acuerdo conocido para que el Gobierno volviese a derivar fondos públicos para la conservación del monumento. Lo que es muy normal en las relaciones entre Iglesia-Estado se ha convertido casi en un tabú cuando de la Mezquita se habla. Para determinados partidos de la izquierda, que se destinen partidas del presupuesto a un templo propiedad de la Iglesia y que ésta gestiona es casi anatema. Calvo tiene abiertas unas negociaciones con la Curia sobre la situación. A lo más que se podría llegar es a un estatuto especial donde el Gobierno tuviese alguna cosa que decir sobre la gestión .

La inversión tiene la firma de Carmen Calvo por la elección del lugar. Ya existía un proyecto de rehabilitación de la Capilla Real que se lleva desarrollando pausadamente desde hace aproximadamente unos dos años . El Cabildo destinó en 2016 unos 350.000 euros a la sustitución de las cubiertas de madera de esta parte del monumento. Entonces, ya se anunció que se seguiría trabajando en la materia aunque de una forma pausada. Lo que se explicó entonces es que se trataba de una parte de la Mezquita que, pese a no ser de etapa andalusí, constituye una zona singular. Eran precisos no pocos estudios antes de volver a gastar dinero .

Un proyecto «elegido»

La Capilla Real no es una elección al azar . De hecho, si hay una zona documentadamente «pública» (si ese término es posible en una iglesia) es esa. En Córdoba, hay enterrados dos reyes de Castilla, Fernando IV y Alfonso XI. Uno porque hacía mucho calor para llevarlo a Toledo cuando se fue de este mundo y el otro porque contrajo la peste en el sitio de Gibraltar y acabó donde su señor padre . Ambos yacen hoy en la Colegiata de San Hipólito por esas cosas que tiene la historia.

La capilla propiamente dicha es una transformación de una de las zonas donde Alhaken II intervino y forma parte de un híbrido de estilos que se data, tras varias intervenciones, en la segunda parte del siglo XIV. La pagó la Corona de Castilla .

Siglos después, Felipe IV r ehizo las obras tras unas larguísimas negociaciones que han dado muchísimo que hablar. Los documentos aseguran que el Rey trataba al obispo como dueño de la fábrica y aquí vienen las interpretaciones. En la Iglesia y no pocos historiadores, se asegura que esa era una forma de reconocer la propiedad. Otros historiadores aseguran que era solo concederle la situación de gestor de los bienes. Felipe IV presentó hasta cuatro proyectos distintos. Si el Cabildo era un mero gestor, se tomó no pocas libertades.

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