Vista aérea de la parte excavada de Medina Azahara
Vista aérea de la parte excavada de Medina Azahara - RAFAEL TENA
CAMINO DE LA UNESCO

Cuatro líneas de trabajo obligadas para Medina Azahara

Medidas para potenciar la conservación, protección, investigación y difusión del yacimiento

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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El espaldarazo unánime del Consejo de Patrimonio Histórico este jueves a que Medina Azahara sea la única candidatura española ese año ante el comité mundial es el punto de partida, pone todo el foco en el yacimiento y disipa dudas. Quedan dos años largos para llegar a término y un camino complejo donde el «compromiso político y social», como ayer mismo señaló el director del conjunto arqueológico, José Escudero, es crucial.

Tres son las fechas claves a partir de ahora. Enero de 2017, cuando el Gobierno pida a la Unesco que admita al yacimiento como candidata y éste sea aceptado. Otoño del año próximo, hito en la inspección técnica de los consultores de Icomos, si bien, no cesarán los chequeos o monitorajes exhaustivos.

Y verano de 2018, fecha probable para la cumbre mundial que evalúe de forma definitiva las aspiraciones de la ciudad palatina.

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía cuenta con una «hoja de ruta» en este camino. Un completo dossier inicial. Un trabajo pormenorizado y claro sobre lo que es Medina Azahara pero también sobre lo que debe ser. Y a partir de ahí, según las fuentes consultadas por este periódico, es donde van a venir las líneas de trabajo.

Dos de ellas priman de manera sustancial: la protección y la conservación. Cuando se desplieguen los resortes para supervisar el conjunto arqueológico se van a mirar con lupa seis aspectos. Por un lado la estabilidad de las estructuras, los muros, los posibles desprendimientos.

Por otro, la conservación del material (sillares, pavimentos), el revestimiento y el efecto de los agentes meteorológicos o la vegetación sobre lo que ya se conoce y visita. Y luego está la llamada conservación ambiental, a lo que muchos han llamado el paisaje, otro elemento de valor en la autenticidad del yacimiento.

En este caso habrá que tener ojo avizor con el avance del proceso parcelatorio en la denominada «zona de amortiguamiento» del bien. Sin olvidar el estado del bosque mediterráneo que sirve de fondo, el medio agropecuario propio de la zona no excavada (en manos de privados), incluso la degradación por vertidos.

La dirección del conjunto monumental ya sabe que a sus informes de gestión anuales en los que recoge las acciones para la tutela del bien tendrá que añadir a partir de ahora una ficha e informe por cada uno de esos epígrafes que miden el estado de conservación.

Ampliación del BIC

Justo estas medidas tienen que venir acompañadas por un mayor paraguas normativo que se ha señalado en tres direcciones: la ampliación del BIC para proteger la Huerta de Vallhermoso, una actualización del Plan Especial de Protección de Medina Azahara y avanzar más en el Plan Director de Usos, aún muy incipiente.

Las otras dos líneas de trabajo dispuestas están más a medio y largo plazo. Lo que se pondrá en marcha si el sello Unesco recae en manos del yacimiento de Medina Azahara. Por un lado, la investigación permanente de lo que aún se desconoce o la musealización de lo más reciente.

Para ello, y así lo pone de manifiesto el dossier existente al que ha tenido acceso ABC, más presupuesto (apenas ha variado un 50% en diez años el del conjunto monumental) y más personal (hay una previsión estimable de pasar de duplicar las cuarenta plazas actuales, no todas ocupadas).

De otra parte la difusión, directamente relacionada a otro modo de gestión del bien: más autónomo y abierto (patronato), con más ingresos (mecenas y patronos) y recursos propios y con más atractivos turísticos de cara a una mejor promoción.

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