POLÉMICA LAZOS AMARILLOS EN CATALUÑA

Un cordobés de Castro del Río frente a la cruzada separatista

Manuel García ha sido atacado e insultado por los independentistas en su restaurante de Blanes

Manuel García, natural de Castro del Río, en su restaurante de Blanes (Gerona) ABC

P. García-Baquero

Son las 13.45 horas del mediodía y el restaurante «Sol d’Or» de Blanes (Gerona) se ha convertido en un fortín contra el independentismo catalán en el epicentro de las protestas separatistas. A las patrullas de la Policía Local se les han sumado este fin de semana los Mossos d’Esquadra y decenas de reporteros con unidades móviles de toda España apostados a la puerta de este local propiedad de Manuel García, natural de Castro del Río (Córdoba). «Es una pena que tenga que hacer frente a un problema social de la sociedad catalana y que tenga que ser yo quien ponga en riesgo mi vida, mi familia, mi negocio ... Ahora están las fuerzas de seguridad del Estado aquí pero creo que antes o después volverán», admite.

Manuel cuelga por unos minutos el mandil que se colocó cuando llegó a Cataluña a finales de los años 70 con apenas 12 años de edad junto a sus 11 hermanos para atender por teléfono a la prensa. Lo hace de manera educada, pero con el temor que tarde o temprano ellos, los independentistas, cuando bajen la guardia, destrozarán su restaurante . Será la venganza de unos «insensatos» a los que Manuel les plantó cara al retirar de su fachada los lazos amarillos que se empeñaban en colocar una y otra vez los seguidores de Puigdemont.

La Guardia Urbana de Blanes (Gerona) ha tenido que acudir dos veces en los últimos días a su restaurante «Sol d’Or» a causa de un nuevo enfrentamiento entre partidarios y contrarios a la colocación de lazos amarillos. El dueño del establecimiento cuenta a ABC Córdoba con detalle la violencia que están sufriendo en Cataluña por culpa de esta guerra de símbolos.

Manuel sufre insultos y amenazas por parte de separatistas por quitar de su local lazos amarillos. En un vídeo difundido masivamente a través de redes sociales, se puede ver cómo un grupo de exaltados le llama «marrano» y «cerdo» por tirar al suelo los lazos . También se escuchan gritos de « ¡fuera de Cataluña!» y «¡fuera tú de Blanes!» .

Este hostelero natural de Castro del Río desde el coche aparcado frente a «Sol d´Or» ha pasado noches en vela desde finales del mes de julio haciendo guardia para que no destrocen este negocio familiar. Así todos los días h asta las cinco de la mañana porque «a ellos les gusta actuar de madrugada », asegura.

Cuando estos independentistas le llaman facha, a Manuel le entra la risa. «¿Facha yo?», se pregunta, respondiendo que nació en una familia muy humilde en Castro del Río, sus padres tenían 11 hijos, (ahora sólo quedan ocho), y en el año 1978 llegaron a Cataluña buscando algo mejor. « Yo tenía 12 años cuando me sacaron del colegio y me tuve que poner a trabajar en un hotel de Barcelona . De ahí, en invierno íbamos a la vendimia, y así trabajando mucho logramos mi mujer y mis hijos comprar este local en el que ya trabajábamos en el año 1995 ».

La dificultad de denuciar

Aún así, Manuel tiene que escuchar « Español de mierda, fascista... ¡Vete a España!» . Pero Manuel no es de los que se callan fácilmente, y como él muchos más que lo han visto como el bastión de muchos catalanes frente al independentismo. « Antes no hablaban los vecinos que pensaban como yo por miedo a los separatistas pero ahora ya están hartos y están saliendo a dar la cara», comenta este hostelero oriundo de Castro del Río.

García se considera a todas luces un liberal, por eso, cuando a finales de julio vio desde la barra a una señora poniendo lazos amarillos en su fachada, y toda la calle estaba llena de gente, le dijo: «En mi casa no» . Manuel asegura que no es menos catalán que esta señora pero también es español, y cuando va a su pueblo es cordobés.

El episodio que dio lugar a esta situación de sitio comenzó cuando este cordobés arrancó los lazos que esta señora ponía en su fachada mientras era insultado al grito de «¡español de mierda!». Pero ya cuando se le fue a la mujer separatista la cabeza fue cuando Manuel le recordó a esta señora que Blanes es España . Fue entonces cuando esta mujer « se volvió histérica », recuerda. Poner la denuncia por esto le costó hasta tres días en una comisaría en la que los agentes intentaban desmotivarle. «No valía la pena denunciar», le decían. Sin embargo, está a la espera de juicio rápido.

Un nuevo episodio fue grabado el pasado sábado y colgado en un twit en el que aparece la señora separatista que ya insultó a Manuel García en su restaurante, de nuevo, increpando a este hostelero. En el intento por sacarlo de sus casillas, el vídeo muestra cómo esta seguidora del PdCat le pregunta que si es catalán y él responde que más que ella, que sólo lo es de una parte de Cataluña.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación