MEDIO AMBIENTE

El consumo de agua se reduce en Córdoba un 20 por ciento en dos décadas

Desde la última gran sequía en los 90 la ciudad ha ganado 20.000 habitantes

Rafael Verdú

La última vez que llovió en Córdoba fue a finales de abril, y todo parece apuntar a un año muy seco tras un invierno y una primavera en los que ha caído mucha menos agua de lo habitual . Pese a todo, no hay riesgo inminente de desabastecimiento, tal como explicó en una conferencia en la Fundación Cajasol Pedro Escribano , jefe de servicio de Proyectos y Obras de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que habló como ingeniero y no como representante del organismo de cuenca.

Según Escribano, en el pantano del Guadalmellato , del que se abastece la capital, «estamos en situación de normalidad, pero el sistema de regulación general, que afecta a la mayor parte de la cuenca, sí está en alerta». El consumo en la capital, explicó el ingeniero, se ha mantenido estable en los últimos años en torno a 24 hectómetros cúbicos de agua , aunque como es habitual en esta época del verano hay una mayor demanda debido al calor.

Lo importante, reveló Escribano, es que tras la anterior gran sequía de mediados de los años 90, el consumo de agua se ha reducido notablemente, ya que estaba en 30 hectómetros cúbicos anuales. Eso supone una caída del 20 por ciento en algo más de dos décadas, un periodo en el que la población de la ciudad ha aumentado en más de 20.000 habitantes, pasando de 306.000 habitantes en 1996 a 326.000 en 2018, con picos que rozaron los 330.000 habitantes.

Escribano explicó que «eso se debe a la conciencia del ciudadano y a las inversiones de Emacsa en la red, con la colaboración de la CHG y con fondos Feder. Cada vez es mejor la gestión». El ingeniero trató el supuesto de la sequía , pero también su opuesto, las inundaciones . Ambos son «las dos caras de la misma moneda. Son fenómenos naturales y cíclicos y sólo podemos paliar sus efectos», apuntó el experto en su conferencia.

Para hacer frente a las inundaciones, la CHG ha elaborado un mapa de riesgos que abarca el núcleo urbano de la capital, en el recorrido del Guadalquivir desde Alcolea hasta Majaneque. A ese mapa se irán incorporando los estudios que elaboren al respecto otras administraciones o la propia CHG. La intención es «que todo español, cuando compre una finca, sepa cuál es el peligro de sufrir una inundación y lo asuma». Para protegerse de los efectos del agua, dijo Escribano, «hay sistemas como seguros o ayudas», pero también las obras de regulación .

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