El Consistorio de la gente... minoritaria

Sería mejor que el «tripartito» pensara menos en la guerra civil o en la Mezquita y más en que es vital que Urbanismo funcione

Está siendoun junio complicado para el cogobierno municipal PSOE-IU, que sustenta Ganemos desde la oposición. La comisión de memoria histórica ha levantado ampollas con las propuestas (no son definitivas) de retirada de nombres de calles; ha anunciado a toda prisa, para mitigar la controversia que él mismo generó, la creación de una mesa que decidirá si habrá o no consulta ciudadana sobre la carrera oficial y ha constituido el polémico foro para la titularidad pública de la Mezquita-Catedral.

La agilidad felina del «tripartito» para los temas que interesan a una minoría (al electorado de IU y Ganemos, fuerzas sin las que los socialistas no tendrían la vara de mando) contrasta con una lentitud que abochorna a las tortugas para abordar problemas que nos desvelan a la mayoría.

Ahí van dos ejemplos. El primero: el INE señala que el distrito Sur es el quinto barrio más pobre de España. Para la descarnada situación de los enclaves situados al otro lado del río, no habrá comisión ni medidas determinantes. No espero que la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), se convierta en un martillo pilón del Gobierno central y la Junta, los que tienen el dinero. Su obligación, que incumplirá, sería percutir sobre ambas Administraciones hasta que todas se unieran para relanzar Campo de la Verdad; Fray Albino; Sector Sur... Pero, ¿qué va a pedir Capitulares a otros? Si ni ha analizado cómo pudo perder algo más de 2,4 millones de ayudas europeas del Urban, que debía revitalizar el Sur y acabó en 2015. Esa reflexión nunca se hará. Ese paquete de medidas lo gestionaron en distintos mandatos IU, PP y PSOE y entre bomberos no se pisan la manguera.

Tampoco habrá comisión sobre los retrasos de las licencias de la Gerencia de Urbanismo (IU), contra los que claman empresarios, arquitectos y aparejadores. Los problemas con este organismo vienen de atrás: los populares le dieron viabilidad económica, pero fracasaron en transformarlo en un instrumento ágil. Con el cogobierno la cosa ha empeorado. Cuando esta semana IU se ha visto arrollada por las quejas, ha tirado de manual: culpa al PP de reducir la plantilla el pasado mandato y anuncia un aumento de los trabajadores, sin precisar si bastará con eso para mejorar sustancialmente el otorgamiento de autorizaciones. Urbanismo debería ser el sacacorchos que hiciera que se derramara la inversión de los empresarios por la capital, pero es un tapón que ralentiza el descorche de los proyectos.

El «tripartito» nos dijo que éste iba a ser el Ayuntamiento de las personas. Sonó a que gobernarían para la mayoría, pero lo hacen para los que desean ganar en diferido una guerra civil en la que todos perdieron; los que no soportan que la Mezquita-Catedral sea de la Iglesia… Y ésos son una minoría. Sería mejor que dirigieran la ciudad pensando más en los 32.546 vecinos del distrito Sur o en los 36.937 parados de Córdoba.