LA CERA QUE ARDE

Cómo ser cordobés

Nuestro humor es más de reírnos de de los demás pero no de nosotros mismos

La alcaldesa con un perol, una de las costumbres culinarias más castizas de la sociedad cordobesa ABC
Rafael González

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Esta semana se ha liado parda porque un periodista inglés, a la sazón mister Chris Haslam , escribió en The Sunday Times un artículo en clave de humor titulado «Cómo ser español» que levantó airadas polvaredas patrias en nuestro sentir rojigualdo y mereció la oportuna y punzante respuesta de Álvaro Martínez desde este mismo diario que tiene en las manos. Ayer, mister Haslam pedía disculpas de británicas maneras aquí también y de paso constataba un hecho fehaciente: cada vez los españoles tenemos peor sentido del humor. Bueno, nuestro humor es más de reírnos de los demás pero no de nosotros mismos, lo cual no es humor sino mala leche .

A todo esto, las feministas han venido a agriar más el panorama y se mosquean muchísimo con chistes como los de Ernesto Sevilla en los Goya , que aunque sea uno de los suyos, el género no se toca salvo pena de muerte en tuiter, que para eso no hay sentencias ni condenas revisables. Quieren unos Goya feministas y por mi se los pueden meter por el Observatorio de La Mujer Normomatriarcal si les apetece. Como en Córdoba no tenemos premios Goya -que en sí mismo ya tiene premio- pero sí intelectuales del género y versados estudiosos sobre La Historia de Franco , nos entretenemos con nuestras cosillas locales como si las pimpis deben anunciar casetas en la Feria o cambiar nombres de calles de hombres malos por nombres solidarios y progresistas.

Estamos involucrados en la revisión moral de las cosas bajo la visión del nuevo puritanismo que es como el antiguo: bueno- malo. ¿Chicas monas en la feria trabajando? Malo. ¿Cañero? Peor ¿Yoko Ono? Bueno ¿Catedral excelentemente gestionada? Malo ¿Señoras con flequillo caja vestidas de morado y sin desodorante? Bueno. Y así todo. Hemos llegado al reduccionismo del nuevo evangelio del pensamiento único y buenista con unos parámetros que ya nos suenan de cuando nos mandaban al infierno en la centuria pasada. Este es el tema. Este es el futuro. Esta es la Córdoba de las tres culturas de ahora .

¿Cómo ser cordobés en el siglo XXI? se preguntarán algunos. No cambia mucho de cómo ser cordobés hace algunos años pero hay que estar atentos a los aeropuertos operativos , para echar a volar. Lo ha hecho Alfredo Romeo , por ejemplo, que es c ordobés y visionario y empresario de los que se juegan su pasta: hace poco narraba los proyectos y empresas que nacieron en Córdoba y que se anticiparon a grandes firmas de hoy y cómo se fueron a la mierda de muy cordobesas maneras .

Esto quiere decir que para ser un correcto cordobés no debes inventar ni liderar ni emprender , por eso Romeo se ha ido un tiempo fuera incluso de España, que también es muy cordobesa a veces. Otra manera de ser cordobés es la de el amigo Ruiz Madruga , que está feliz porque vuelve a ser candidato a la alcaldía de Encinarejo . Ser alcalde de Encinarejo es tan cordobés como serlo de la Guijarrosa , que es ser cordobés conformado y obediente.

O sea, no molestes a los líderes con tu valía y celebra de cordobesas maneras los atardeceres en tu Entidad Local Autónoma. Es otra forma de ser cordobés, de la muchas que iremos desgranando en próximas semanas si la policía de lo correcto no dictamina que la foto de un servidor ahí arriba es demasiado heteropatriarcal como para permitirme escribir. Que todo se andará.

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