Estado de las obras de la calle Capitulares ayer
Estado de las obras de la calle Capitulares ayer - VALERIO MERINO
AFECTADOS

Los negocios de Capitulares quieren compensaciones por los efectos de la reforma

Hosteleros y comerciantes estiman pérdidas de más de la mitad en las ventas y en la clientela

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Apenas han pasado cinco días de obra efectiva -sin contar con el vallado y la prohibición de estacionamiento previo- en la calle Capitulares y no hay negocio en su entorno que no lo haya notado para mal. Ya sean de hostelería o de cualquier otro gremio, el caso es que los encuestados por este periódico que estaban ayer abiertos al público (porque algunos había optado ya por desaparecer durante el mes de agosto), dijeron a las claras que el efecto de la actuación frente a sus puertas estaba siendo nefasto.

En el Rincón de Ana, al final de la calle Alfaros, la clientela prácticamente ha desaparecido «y las tardes son ya fantasmales, porque antes te venían algunos a tomarse un café con hielo, pero ahora ni eso», apunta su dueña, Ana Moreras.

«En comparación con un agosto normal anterior, las ventas, las entradas de clientes, las oportunidades perdidas pueden haberse perdido perfectamente en un 50 por ciento». José Varo forma parte del negocio familiar Curtidos Varo y su problema es doble. Ya no es sólo que la obra haya frenado el paso de paseantes por la zona, es que su mercancía, o al menos en un porcentaje importante, «tiene un gran volumen y se necesita de un vehículo para llevársela, y no precisamente una moto».

Compensación económica

Rafael Chamizo Estévez es el nieto del primer Rafael Estévez que ubicó un bar del mismo nombre en la confluencia de Alfonso XIII con la calle Capitulares. En su caso concreto, cifró las pérdidas en un 40 por ciento. Una cifra lo suficientemente importante como para tomar cartas en el asunto y empezar a pensar en la fórmula para «buscar algún tipo de compensación». «Por aquí se ha pasado esta mañana [por ayer] un hombre de Comercio Córdoba y me ha dicho que en unos 15 días la asociación se iba a reunir con Pedro García y, entre otras cosas iban a hablar con él sobre qué va a pasar con estas pérdidas que estamos teniendo», explicó Rafael Estévez.

Algo similar señaló Miguel Pérez, de la cafetería San Pablo, cuyas pérdidas cifró entre el 50 y el 60% «siempre comparándolo con un agosto normal como el pasado». La Federación de Comercio «es la que parece que va a hacerse cargo de representar nuestros intereses ante el Ayuntamiento», explicó este hostelero cuya clientela más fiel le hizo compañía ayer al mediodía.

Justo después de la entrada al templo fernandino de San Pablo, tras una de sus salomónicas columnas ubicadas a la entrada, está la tienda Prensa y Revistas Alberto. Su responsable, el estoico Alberto Montávez, no mostró pelos en la lengua al afirmar que las pérdidas las experimentó desde el primer día. «Por lo menos, la mitad menos de lo habitual», sentenció, pero, igualmente, se encuentra a la espera de que Comercio Córdoba dé el paso y contacte con los responsables municipales para ver si hay algún tipo de compensación que, al menos personalmente, él desconoce por completo. «Pero ¿y si suena la flauta?».

«Es que si no lo hacen ellos, lo haremos nosotros», sentenció Javier Pineda, propietario del bar Capitulares, en relación a pedir algún tipo de compensación a sus pérdidas que cifró entre un 50 y un 60 por ciento.

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