Sede de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Córdoba
Sede de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Córdoba - VALERIO MERINO
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El colapso de la Gerencia de Urbanismo: dos funcionarios donde antes había cinco

El departamento de Actividades está bajo mínimos mientras la actividad privada crece y demanda agilización

CÓRDOB Actualizado: Guardar
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El profesional (no se dirá si arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico) se inclina sobre la silla: «La Gerencia de Urbanismo está bloqueada y eso está teniendo efectos terribles sobre la gente que quiere abrir un negocio». Tiene experiencia de sobra con la gestión ante el organismo municipal de todo tipo de iniciativas privadas. Mayormente las que vienen de pymes. Desde bares hasta comercios. Pequeñas industrias, proyectos de futuro para familias que no son necesariamente gente con muchos recursos.

Muchas de ellas son inocuas y se ventilan por una declaración responsable. Las que necesitan licencia por no ser inocuas, ay. Urbanismo, afirma, está en una situación crítica. «Hace muchos años, en Actividades -un departamento clave para los pequeños negocios- había cinco funcionarios y cada uno llevaba una parte de la ciudad.

Ahora ese trabajo lo hacen entre dos y no hay división», explica.

Urbanismo siempre fue lenta para sus cosas, pero no tanto. La recuperación de la economía hace que haya más movimiento

Conclusión: «a mis clientes les pido paciencia, que sepan que esto no es nada fácil». Pero cuando se apuesta el capital no hay paciencia que valga. «Tenga en cuenta una cuestión: si un empresario se espera a tener licencia se le obliga a tener cargas pero no ingresos durante un periodo que va desde los 14 meses, si no hay ningún problema, a los 18 si los hay, que es lo que se tarda de media en informar», afirma. «Esto tendría que estar en tres meses, a lo sumo cuatro, pero nadie se va a atrever a reclamar el silencio administrativo».

«Entre tanto, estas personas siguen pagando el alquiler del local, los costes del crédito». La situación, reconoce, no es nueva. Urbanismo siempre fue lenta para sus cosas. Pero no tanto. Y, sobre todo, no en unas circunstancias donde la economía privada pide paso tras una crisis pavorosa. «Nosotros -señala el despacho- estamos hasta arriba». Eso es buena señal pero también exige que las instituciones públicas acompañen, que no sean un problema a la hora de que quien está dispuesto a invertir lo haga.

Denuncias sobre la situación laboral

El interlocutor ha pedido confidencialidad pero es de los pocos que ha accedido a hablar sobre el tema. Nadie quiere tener líos con Urbanismo. No vaya a ser. «Los primeros que los entendemos somos los que los conocemos. Tantos años ya verás. Las actividades de los edificios de nueva planta de toda la ciudad de Córdoba los lleva un solo funcionario. Ese hombre está hasta arriba, bloqueado. Sabemos que están presentando denuncias por registro de entrada sobre la situación laboral que padecen».

¿Qué hacer? «Yo tampoco lo entiendo. Todos los que vamos a diario a la Gerencia de Urbanismo sabemos que hay departamentos sobrecargados de trabajo y departamentos que no lo están tanto porque la situación no exige en estos momentos de sus servicios. Basta con entender que esto que están haciendo es un servicio a la sociedad y que no es posible paralizar a las pequeñas empresas», afirma. Todo tiene una excepción. «Claro que hay expedientes que se politizan, a los que se les da prioridad porque alguien los señala. Todo el mundo ha jugado alguna vez a eso. Pero es que tampoco es cuestión de estar pidiendo siempre favores».

Los pequeños empresarios están en la misma cola que los grandes en un departamento que inicia el año con 400 expedientes más de los que puede asumir

Las consecuencias de esta situación se van a ver en el futuro: «Nadie espera ya una licencia para iniciar una actividad. La gente empieza a trabajar y se arriesga. Y eso tiene un problema serio. Lo mismo que hay profesionales que saben lo que se traen entre manos, hay otros que no. Antes o después, empezarán las inspecciones -no las visitas, las inspecciones- y se van a dar cuenta que hay cosas hechas mal o muy mal». Urbanismo no ha puesto nunca en marcha el cuerpo de inspectores por falta de personal aunque ha asegurado en varias ocasiones que lo tiene en agenda.

Esta situación, afirma, no es una cuestión que tenga que ver con grandes y chicos. Los pequeños empresarios están en la misma cola, en la misma pila de expedientes de un departamento municipal «que empieza el año con cuatrocientos expedientes más de lo que puede asumir». Los problemas llegan hasta el final del proceso, cuando se tienen que girar las visitas para la primera ocupación de edificios de nueva planta. «Ahí tenemos que rogar a los funcionarios que vayan a ver el edificio. Directamente, rogar. Así están las cosas».

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