MÚSICA

La Cátedra de Flamencología de UCO recuerda a «Omega», el disco de Morente y Lagartija Nick

La Universidad evoca los orígenes del revolucionario trabajo discográfico lanzado en 1996 por el cantaor y la banda rockera Lagartija Nick

Antonio Arias (derecha) en la charla de la Cátedra de Flamencología VALERIO MERINO

Félix Ruiz Cardador

No son muchos los discos que al poco tiempo de salir al mercado se convierten en clásicos rotundos. Pero eso exactamente fue lo que ocurrió con « Omega» , el trabajo que en 1996 publicaron el cantaor Enrique Morente y la banda de rock Lagartija Nick . Más de veinte años han pasado de aquello —dos décadas en las que incluso aconteció la muerte, allá por el año 2010, del genial cantante granadino—, pero lo cierto es que aquel trabajo discográfico revolucionario aún sigue contando con una legión de fieles y también con más de un purista odiador.

Para los primeros el de ayer fue un día de reencuentro, pues la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, que dirige el cantaor onubense Arcángel , le dedicó en el Salón de Actos del Rectorado una sesión específica. Protagonizó la cita el cantante y líder de Lagartija Nick, Antonio Arias, pues un inoportuno virus impidió que Estrella Morente , hija de Enrique y que en «Omega» hizo los coros, se pudiese desplazar hasta la ciudad de Córdoba .

Premio Nacional de la Música

Antonio Arias relató con un punto de humor granadino la aventura que supuso grabar «Omega». Explicó por ejemplo que el origen estuvo en la decisión que Morente tomó a inicios de los 90 de volverse a vivir a Granada. «Él, en esa época de su vida, buscaba sus orígenes», recordó Arias. Y ahí fue, en la ciudad de Granada , donde comenzaron a establecerse vínculos entre esta banda de rock y el veterano cantante. Morente ya había ganado a esas alturas el Premio Nacional de la Música y en su mundo flamenco era toda una institución, pero su curiosidad y su fuerte sentido de la libertad le llevaron a involucrarse en esta fusión de rock y flamenco que abría caminos musicales hasta entonces nunca transitados.

Cartel del disco ABC

La elaboración del disco tuvo dos etapas. La primera de ellas en la misma Granada , con encuentros de barra y los primeros ensayos entre el cantaor y los rockeros. Arias recuerda aquellos días como una etapa entrañable, pues a las sesiones acudían los familiares del cantaor, como su esposa y sus hijas Estrella y Soleá . No tan idílico fue sin embargo el proceso de grabación, que tuvo lugar en Madrid, en los estudios de El Europeo . Allí comenzaron a surgir las dudas y la productora se desentendió por momentos de aquel trabajo.

«Decidimos tirar adelante», explicó Arias, que sí reconoce que Morente tuvo momentos en los que no estaba seguro sobre si lo que habían grabado en Madrid tenía la misma calidad que lo que habían ensayado en el ambiente íntimo de Granada. Habló Antonio Arias de largos viajes en coche y largas madrugadas en las que Morente cambiaba de opinión, lo que demuestra la importancia que le daba a este disco. El cantaor les decía con humor a los Lagartija «que esto va a acabar con mi carrera».

«Una hora para salir a los camerinos»

Omega, antes de llegar incluso a las tiendas, se presentó de forma parcial en dos conciertos, uno celebrado en Armilla y el otro en el Teatro Albéniz . Y el segundo de estos conciertos fue un escándalo, pues los rockeros salieron al término del recital flamenco de Morente para hacer unos bises. Parte del público no entendió aquella fusión de sonidos e incluso se produjeron insultos. «Tuvimos que esperar una hora para salir de los camerinos», recordó ayer Arias con humor. Pero también hubo parte del público que lo disfrutó y que sí captaron la singularidad de ese poderoso e inolvidable sonido.

Morente con Leonard Cohen el día que se gestó «Omega» ABC

Ellos fueron la avanzadilla del éxito, pues Omega, en el que colaboraron artistas como cordobeses como Vicente Amigo o Javier Latorre , se convirtió pronto en una leyenda de la música andaluza y los conciertos de Morente con los Lagartija se sucedieron por España e incluso fuera del país. La leyenda sigue hoy pues, aunque el maestro haya muerto, la canciones de «Omega», con ese regusto al Lorca más existencialista y a Leonard Cohen , siguen siendo una fuente inagotable de sugerencias y emociones. En ellos late algo muy puro de ese sangriento y desasosegante siglo XX que por entonces se aproximaba a su fin.

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