PRIMERA PLANA
Calorcito municipal para la economía
La ordenanza para agilizar las licencias es un acierto, pero el cogobierno ha tardado un mundo en hacer algo básico
Volví de vacaciones -espero, lector, que haya gozado de las suyas o lo esté haciendo ahora- y todo estaba en su sitio : ola de calor; el Córdoba CF vuelve a estar en dificultades; mi cafetería de cabecera abierta… ¿ Y el des(co)gobierno PSOE-IU ? ¿Qué? Otra vez, ¿liándola? Pues, no. Por una vez, y ojalá sirva de precedente, lanza una iniciativa muy interesante : el borrador de la ordenanza de licencias municipales . Combatirá el retraso en la concesión de permisos por la Gerencia de Urbanismo . Esas demoras acabaron dejando la paciencia de empresarios y colegios profesionales más achicharrada que el termómetro de La Victoria estos días.
Sus quejas no son fruto de un calentón, sino de una situación que se arrastra desde hace años . El bipartito llega con la manguera normativa cuando constructores, hosteleros, arquitectos o aparejadores llevan mucho gritando fuego , porque la demora en las licencias calcina parte de nuestras posibilidades de desarrollo. Si algo necesita la capital -además de que Don Lorenzo se coja unos días de descanso- son negocios y actividad para que el paro no nos siga abrasando: 16.404 de nuestros vecinos se asfixian por el desempleo al llevar más de un año sin poder trabajar. Baste recordar que los primeros focos del problema se divisaron el pasado mandato, con el PP aún en la Alcaldía. En abril de 2015, el Colegio de Arquitectos demandó medidas a Urbanis mo. La solicitud de permisos empezaba a crecer al calorcito de la incipiente recuperación. Pero el gobierno de izquierdas que relevó al popular no se mató para solventar esta cuestión. IU , que asumió la dirección de la Gerencia , y el PSOE , muchas veces arrastrado por el primero, se entretuvieron más en jugar a los pirómanos que a los bomberos.
Crearon conflictos donde no los había : Mezquita-Catedral , intento de cierre de Cosmos o mirar al turismo como un bulto sospechoso. Cuando los empresarios insistieron en sus encendidas críticas en el verano de 2017 , el edil de Urbanismo, Pedro García, realizó un cortafuegos de manual. Anunció más personal : la Gerencia ha perdido plantilla los últimos años y, como todo el sector público, tiene limitaciones estatales en la contratación , que se han ido relajando. Además, avanzó que se haría una o rdenanza para facilitar la obtención de licencias .
En abril, las quejas se reprodujeron y la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE) , se puso «on fire» . Se cansó de esperar a que IU actuara y le pisó la manguera. Presentó a CECO un borrador de ordenanza para agilizar las autorizaciones mientras Urbanismo trabajaba en el suyo. La temperatura en el bipartito subió a niveles que r íanse de la ola de calor . Pero, como todo el mundo sabía de antemano, la polémica no derritió la alianza que permite a las fuerzas de izquierdas dirigir el Ayuntamiento .
La controversia se enfrió y los socios negociaron un único documento, que acaban de presentar . Quieren que esté aprobado para febrero . La medida es un acierto , pero dice mucho, y malo, del cogobierno. Ha tardado un mundo en hacer algo básico: contribuir a que la economía local coja la temperatura suficiente para que florezca más empleo.
