Contramiradas

Araleo Moyano, profesora de ballet de Córdoba: «A la danza clásica le he dado toda mi vida»

Es un trozo ya de la historia del ballet en Córdoba. Un referente obligado. Muchos de nuestros mejores bailarines se forjaron en su estudio de San Pedro

Araleo Moyano, en los Jardines de la Agricultura de Córdoba Ángel Rodríguez
Aristóteles Moreno

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Ha sido maestra de maestras . Pionera del ballet en Córdoba. Por sus manos han pasado premios nacionales y figuras de renombre. Saquen la libreta y apunten: Antonio Ruz, Mónica Tardáguila, Javier Latorre , Dani Navarro, África Moreno, Mercedes de Córdoba, Olga Pericet , Nani Paños, Pol Vaquero, Nuria y Eva Leiva. Una lista interminable.

Abrió su academia en 1975. Entonces la danza clásica aquí era un territorio yermo, solo labrado por Maruja Caracuel . Y durante 33 años ha sido referente indiscutible del género. Hoy, a sus 70, echa la vista atrás y contempla el fruto de una vida dedicada a la docencia.

¿Qué le ha dado la danza?

Mucha satisfacción. Es que yo amo la danza. Me olvidaba del mundo. Hasta de mis hijos , que es mi pena.

No haberlos atendido como se merecían.

Sí, señor.

¿Y se arrepiente?

Sí. Entonces no había conciliación familiar, aunque no estaban desatendidos. Por eso ahora me vuelco con mis nietos .

¿Y qué le ha dado Araleo Moyano a la danza?

Mi vida. No es que me guste: la amo.

He leído en internet de usted lo siguiente: «Araleo Moyano hubiera adquirido inigualables dimensiones en otros ámbitos geográficos». ¿Exagera o da en el clavo?

No lo comparto. Yo me impuse arreglar la danza en Córdoba. Enseñar como era verdaderamente . Yo veía que lo que se hacía aquí y lo que se hacía en Madrid era distinto. Fui la primera que se fue a Madrid a estudiar en el Conservatorio.

Córdoba en los años sesenta era un desierto cultural . En ballet, solo reinaba Maruja Caracuel, que daba clases en el patio de su casa del Campo de la Verdad. Allí se presentó Araleo Moyano con 14 años. Y a los 21 descubrió que en el Conservatorio de Madrid se podía examinar para acreditar su formación.

Araleo Moyano posa en los Jardines de la Agricultura de Córdoba Ángel Rodríguez

Cuando se fue a la capital de España, hizo otro descubrimiento no menos sorprendente: la técnica que había aprendido en Córdoba tenía poco que ver con la reglamentaria. Aún así, aprobó t res cursos en tres días . Y el cuarto, en septiembre. Los tres siguientes, hasta completar los siete de carrera, los hizo en otros tres años.

Bailó en el Joven Ballet Concierto , de Ana Lázaro, y quedó hechizada por el brillo de Londres en aquellos años grises de la España tardofranquista. Cuando regresó a Córdoba, su padre le tenía preparado una academia de danza debajo de su vivienda, en la Plaza de San Pedro . Allí ejerció su magisterio durante 33 años. De lunes a viernes, de diez a tres del mediodía y de cuatro a once de la noche. Toda una vida.

¿Qué espera de una alumna?

De lo que me enorgullezco es de que todos mis alumnos, que ahora son profesores, son igual de responsables y de trabajadores como lo he sido yo. Y que aman la danza. Yo he sido muy cañera. A mí no se me ha quejado un padre jamás. Los niños saben que lo hago por su bien y admiten todo lo que les digo. Una vez le corté la trenza a una alumna. Estaba hasta el moño de la trenza. Eso lo hago hoy y estoy en la cárcel.

«Tienes que tener una luz para enganchar a la gente»

Ahora ya no hay sentido de la disciplina.

Estamos en un mundo en que cuesta aceptar la disciplina , vaya a ser que se rompa la niña. Y antes era pim-pam, pim-pam, pim-pam. Si te duele, te aguantas. Punto.

Dígame, por favor, tres cualidades imprescindibles de una profesora de danza.

Amar la danza, tener carácter y entender un poquito. Y luego tienes que tener un don para la enseñanza . Una luz para enganchar a la gente.

¿Araleo ha colocado a Córdoba en el mapa del ballet?

Cuando íbamos a Madrid decían: «Ya están aquí las cordobesas». Iban todas que ni te cuento. Yo no las admito feas. Hemos llevado siempre el nombre de Córdoba.

Araleo Moyano, en un momento de la entrevista Ángel Rodríguez

El primer bailarín del Ballet Nacional de España, Antonio Correderas, declaró en una entrevista para ABC: «En Córdoba está muy viva la danza clásica y la flamenca». ¿Se dejó algo en el tintero?

Está muy vivo el baile flamenco , ¿pero el clásico?

¿El talento nace o se curte en la tarima?

El talento nace. Luego se pule con la técnica .

¿Cómo se identifica a una perla de la danza?

La ves. En el Conservatorio de Córdoba entré una vez a una clase de sustitución y vi a una niña sentada preciosa. Divina. Qué maravilla. Le digo: «Tú tienes que bailar». La cosa luego se puede malear.

El cuerpo es fundamental.

¡Hombre! Tienes que tener una línea , unas piernas, unos brazos, un cuello. Y eso después con esto.

La cabeza.

Todo viene de aquí [se vuelve a señalar la cabeza ]. Tienes que ser también muy fría porque es muy duro. Te dicen de todo, pero es lo único para sacar adelante a las niñas.

En danza, sangre, sudor y lágrimas.

Sí. Estamos hablando del profesional. En un Conservatorio te encuentras a tres o cuatro con buenas características. Pero, claro, no puedes cerrar el chiringuito. Siempre he dicho que todas tenemos derecho, pero a ti, por las condiciones que te ha dado Dios, te lo voy a descontar de otra manera. En el colegio pasa igual. Yo metería a los folloneros en una clase. ¿Con qué profesor? Con otro follonero. Yo he sido follonera y entiendo a esa gente. No todo el mundo tiene condiciones para estudiar.

«Me enorgullezco de que todos mis alumnos son responsables y trabajadores»

Usted ha domado a fieras.

Sí. Es que yo he sido fiera antes que domadora .

Maruja Caracuel montó un ballet con sus alumnas. Allí estaba, como es natural, Araleo Moyano. Averigüe usted cómo, pero el ballet actuaba en Televisión Española , en un programa que se llamaba Club Mediodía, dirigido por Ramón Barreiro. La televisión te daba caché. Prestigio.

Por eso, cuando Araleo se presentó en el Conservatorio de Madrid para examinarse fue lo primero que argumentó como mérito indiscutible. «He bailado en el Club Mediodía », dijo ante la profesora. «¡Qué horror!», contestó sin contemplaciones la otra.

Araleo Moyano, durante la entrevista, en los Jardines de la Agricultura Ángel Rodríguez

Una prima suya le había mandado el programa académico de Madrid. No entendía ni papa. Las nociones de ballet que había aprendido en Córdoba parecían un idioma distinto . Y en el examen lo constató de primera mano «Nos presentamos o cho niñas para la prueba . A la primera, le decía la profesora: «Es glissade, no sissone». Pero la niña hacía otra cosa. Yo miraba y no tenía ni idea. Entonces le pregunté a una chica madrileña y me explicó el paso. Suspendieron todas menos yo».

Regreso a Córdoba

Al día siguiente, pasó exactamente igual. Aprobó el segundo curso. Y para el tercero le pusieron como prueba varias piruetas . «No había hecho una en mi vida. Pero yo tenía entonces esa fuerza y ese vigor y aprobé también», asegura Araleo Moyano. El cuarto curso se lo merendó en septiembre. Y para los otros tres restantes ya se estableció en Madrid y los fue aprobando en los correspondientes años naturales .

Araleo Moyano pudo haberse quedado en el Ballet Nacional , tal como hicieron algunas compañeras suyas del Conservatorio de Madrid. Pero en Córdoba la esperaba su novio de toda la vida y su padre ya le había trazado el camino de regreso con un estudio de danza en las mismas puertas de casa.

El negocio funcionó desde el primer día. En 2006 aprobó su plaza en el Conservatorio de Córdoba y en 2008 echó el cierre después de treinta y tres años consecutivos formando a futuras bailarinas y bailarines , muchas de las cuales son profesoras o han forjado una brillante carrera profesional.

¿La mejor escuela es el escenario?

Ahí es donde desarrollas todo lo que has trabajado. Hablo del mundo profesional. Luego, tú puedes ser feliz sin ser profesional y bailar dentro de tus posibilidades.

Usted ha sido maestra de maestras. ¿Cuál fue la suya?

He aprendido con mucha gente: con Maruja Caracuel, con Flor Sánchez, con Ana Lázaro, con Granero, con Juan Tena.

«Yo me impuse arreglar la danza en Córdoba. Lo que se hacía aquí y en Madrid era distinto»

¿En ballet está todo escrito?

La técnica cada vez progresa más. Ha avanzado tanto que hoy hacen cosas increíbles .

¿Cuál ha sido su último descubrimiento?

Marianela Núñez es maravillosa. Pero hay tantas bailarinas maravillosas. Makarova siempre ha sido para mí la mejor. La vi bailar en Londres y lloré.

Si quien siembra, recoge, ¿cómo ha sido su cosecha?

He tenido muy buena cosecha . Hay alumnos que están en el Conservatorio de Córdoba y otros en Madrid. Tengo el orgullo de que todos son amantes de la danza y responsables.

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