La Semana Santa de la Catedral y los relojes parados

El triunfo de la voluntad

Todos los días tuvieron que hacer un gran esfuerzo por llegar a la Catedral, aunque el Jueves, por la dimensión de algunos de sus pasos, fue uno de los que más. Sin embargo, se demostró la voluntad de las cofradías en lograr el objetivo, ya que algunas adelantaron tres horas su salida y modificaron su recorrido, como Caridad y Cristo de Gracia.

Algo parecido pasó el Miércoles Santo, aunque la lluvia impidió que se probase cómo quedaron el Domingo de Ramos y especialmente el Lunes Santo, en que la carrera oficial se hacía al revés. El altar, primero eucarístico y más tarde con la Cruz Guiona, se reveló como buen sustituto del interior.

Ajustes y retrasos

En la cara B están los retrasos que sufrieron algunas jornadas. El Miércoles Santo se acumuló más de una hora y comenzó cuando el Perdón y la Piedad retrasaron 25 minutos a la Paz en la Catedral, lo que terminó alterando toda la jornada. El Jueves Santo pasó algo parecido con final insólito: las Angustias ya entró en la carrera oficial con 20 minutos de retraso tras esperar al Cristo de Gracia, y en la Catedral ya era de más de una hora.

Eso hizo que la hermandad de la Buena Muerte, con la autorización de la Agrupación de Cofradías, decidiese no hacer la carrera oficial para evitar un parón en Claudio Marcelo que pudo ser de casi una hora hasta que la decana terminó de pasar. El Viernes Santo también hubo problemas, aunque debido a la rotura de un varal de la Virgen del Desconsuelo.

Otra vez la lluvia

Venía la Semana Santa de Córdoba de dos años muy tranquilos con el cielo, ya que sólo el Domingo de Resurrección de 2014 había llovido. Pero la de 2016 empezó lloviendo. El Domingo de Ramos la Borriquita se refugió en el Góngora y el Amor apenas pudo pasar de Beato Henares. Las demás suspendieron y el Huerto salió cuando parecía que no iba a llover más, pero ni siquiera cubrió completa la carrera oficial.

El Lunes, aunque la lluvia fue poca, sólo el Vía Crucis se puso en la calle, mientras que los chaparrones del Martes y el Miércoles Santo, poco antes de las primeras salidas, no asustaron a las hermandades, aunque la Universitaria sí decidió suspender.

Estrenos y novedades

Del amplio abanico de estrenos sobresalieron dos túnicas bordadas, ambas con dibujo de Rafael de Rueda: la del Señor de las Penas de la Esperanza, bordada por Jesús Rosado, y muy especialmente la del Señor de la Sentencia, pieza maestra de Francisco Pérez Artés. El misterio de la Redención mostró la primera fase de su reforma con un nuevo romano, obra de Miguel Ángel González Jurado.

Miguel Ortiz y Manuel Jurado avanzaron en la talla de los pasos de Buen Suceso y Prendimiento, éste último con originales detalles e imaginería de Edwin González Solís. También fueron nuevos la peana de la Virgen de la Piedad y el frontal de los respiraderos de la Virgen de los Ángeles.

Flores de colores combinados

Muchos pasos apuestan todavía por el color uniforme en los exornos de flores, sea rojo, morado o blanco, pero la idea de mezclar distintos tonos más bien próximos gana terrenos. Así pasó con pasos como el de la Santa Faz, Perdón o Soledad, y con muchos pasos de palio, entre los que destacó la Virgen de la Encarnación, puesto por Pinsapo.

La variedad también fue constante, como se vio en los misterios de la Redención y de Humildad y Paciencia y en los palios de la Estrella y la Paz, entre otros. Sorprendieron los pasos de Jesús de las Penas y de Pasión con rosas rojas y las perfectas piñas de la Virgen del Mayor Dolor con rosas blancas.

Cara y cruz de las bandas cordobesas

El año en que menos se contrató a bandas cordobesas, éstas volvieron a dejar claro que su nivel era igual o superior al de sus sustitutas. La Redención dictó magisterio de buen gusto con el Cristo de la Clemencia el Viernes Santo, y Cristo de Gracia ha alcanzado un momento de gran elegancia en diferentes estilos.

Igual sucede con Coronación de Espinas y Caído-Fuensanta, esta última especialmente brillante en el repertorio clásico que le pidió la hermandad de la Misericordia. La Salud también mostró un fuerte poderío, mientras que en bandas de música sigue brillando la Esperanza con su calidad y profundidad de repertorio cordobés. «La Sangre y la Gloria», de Alfonso Lozano, ha sonado este año más que nunca, en mucho más que la mitad de las cofradías.

Calidad y cantidad de los nazarenos

El número de nazarenos nunca es el que las cofradías quieren, y tampoco salieron a la calle hermandades como la Esperanza y la Sentencia, que están entre los que llevan más penitentes. El caso es que hubo desfase entre la cantidad y la calidad: entre el número de hermanos que visten la túnica y la forma en que lo nacen.

Otra vez se vio a muchos descubiertos, haciéndose fotografías durante la estación de penitencia y con comportamientos poco adecuados. Tampoco la uniformidad y los hábitos, casi siempre suministrados por las cofradías, fueron los más adecuados. Hubo túnicas cortas y cubrerrostros casi romos, y muchas diferencias entre unos y otros.

En el otro extremo sigue habiendo hermandades que cuidan a sus nazarenos y la apariencia de su cortejo, con varias a la cabeza: Misericordia, Sentencia, Dolores, Buena Muerte, Sepulcro, Expiración y Soledad, entre otras.

Detalles y dedicatorias

No todos los detalles se ven y hay que recordarlos. El hospital de la Cruz Roja ofreció un ramo de flores a la Virgen de la Paz y la cofradía correspondió con un saludo a los enfermos que allí estaban, lo que resultó muy emotivo. Muchas cofradías llevaron lazos negros por las víctimas de los atentados de Bruselas, aunque Pasión llevó los colores de la bandera de este país.

La Expiración recordó a Manuel Recio, que fue su hermano mayor y que murió al poco tiempo, y la Misericordia hizo lo propio con José Carlos Larios, que falleció en noviembre poco después de tomar posesión. La vara de hermano mayor fue enlutada en el frontal del paso de Cristo y al inicio sonó el «Toque de Oración».

El gusto por la finura

Se acabaron ya los años de las mariquillas en los tocados. Hay quien sigue apostando por cosas así, pero ahora las imágenes se visten con tules y tocados de mayor calidad que permiten resaltar más la belleza de la Virgen. Luego el conjunto se completa con piezas valiosas en el pecho, si es necesario.

Fue lo que pasó con muchas imágenes, como la Virgen del Desconsuelo, la Paz y la Merced, sin olvidar a la Virgen del Amor y a la del Trinidad, que destacó por su riqueza, y de la del Mayor Dolor, elegante en la austeridad.

El futuro y las vísperas

La Semana Santa de 2016 empezaba el Domingo de Ramos, pero el Sábado de Pasión era algo más que su víspera. Un grupo parroquial, una prohermandad y dos hermandades de pleno derecho sacaron a sus imágenes a la calle en otras tantas procesiones por sus barrios: la Virgen de las Penas en el Parque Figueroa, el Cristo de la Oración y Caridad en Electromecánicas, la Virgen de la Salud y Traspaso en la Colonia de la Paz y el Señor de los Afligidos en Cañero.

Fue esta última la más multitudinaria de todas, con la presencia de muchos cofrades del barrio y de toda la ciudad deseosos de contemplar el histórico momento de esta cofradía. La Semana Santa, tan maltrecha de efectivos humanos en tantas cofradías, sigue creciendo.