Rocío 2022 | (Vídeo) Los romeros de Córdoba llegan a la tierra prometida

La hermandad filial alcanza la aldea tras nueve intensos días de camino, mucho cansancio acumulado y sensaciones de alegría y pena porque termina

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En la fotografía, la carreta del Simpecado de Córdoba. En el vídeo, en el Rocío y la casa de Córdoba F. López
Fernando López

Fernando López

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Y la hermandad de Córdoba llegó . Nueve días de camino se ven recompensados con el cruce por la Raya Real, acercarse por el puente del Ajolí y la llegada a la casa de hermandad bajo las melodías rotas de las gargantas de sus peregrinos.

Una pandemia después, tres años después y después de muchas lágrimas, el Simpecado de la filial de Córdoba llegó este viernes a la aldea de El Rocío acompañado de sus rocieros.

Tras una jornada larga en horas, aunque no tanto en kilómetros por los momentos vividos en el Vado del Quema y en Villamanrique, la hermandad volvió a ponerse en el camino sobre las siete de la mañana.

Paso por el puente del Ajolí F. López

Se trató de un día especial. Cada paso significaba estar más cerca de casa, pero también más cerca del final. El momento de la entrada a la casa de la hermandad se produjo al atardecer, con mucho cansancio acumulado porque la travesía por la Raya Real fue dura.

Lo hizo con una nutrida comitiva , que se dejó notar con una gran carga de cante y alegría. En los rostros y cuerpos de los romeros iba el cansancio, pero también la satisfacción de haber cumplido todo el recorrido, y algo de pena porque toca a su fin.

Filiales

Tanto la hermandad de Lucena como la de Puente Genil , ambas con su sede en la misma calle, mostraron su respeto con la presencia de peregrinos ante la capilla del Simpecado cordobés.

Nutrida comitiva de romeros en la última jornada del camino F. López

La filial de Córdoba pasó por la casa que tiene la hermandad del Perdón , que le brindó también su caluroso recibimiento al Simpecado, con las tradicionales campanitas y el cante de las familias.

Los 'vivas' sonaron también con más fuerza que nunca, con muchas lágrimas en los ojos y muchos abrazos por lo que supone terminar el camino.

Promesas cumplidas en un lado y satisfacción a la vez en el mismo. Los que realizan la peregrinación desde la alegría también sonrieron. «Un camino más y van...».

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