FÚTBOL

Desprecio a la cantera: cinco cordobeses suben a Primera con el Granada y el Córdoba baja a Segunda B

Bernardo Cruz, Fede Vico, Quini, Adri Castellano y José Antonio González ascienden a la élite

Los cinco jugadores cordobeses del Granada celebran el ascenso con un mensaje de apoyo al Córdoba ABC

Javier Gómez

El Córdoba CF es una máquina de desperdiciar el talento cordobés, de gente de la casa, de Córdoba, de la cantera. La fuga de calidad es un mal endémico que lleva décadas instalado en las entrañas de la institución, en clara sintonía con la ciudad. Aquí se desprecia lo propio, lo autóctono. Se vanagloria lo externo, lo exótico. El club se ha convertido en una trituradora de jóvenes talentos cordobeses que ahora, cosas del destino, triunfan por cada rincón por el que van. El último y más claro ejemplo es el Granada . Ascendió el martes por la noche a Primera con cinco jugadores cordobeses , excordobesistas o criados en la cantera. Son Bernardo Cruz, Fede Vico, Quini, Adri Castellano y José Antonio González.

El drama del desprecio a la cantera de Córdoba en el fútbol es dramático. Un puro contraste con el fútbol sala , que acaba de subir a Primera con una plantilla íntegra de cordobeses . El conjunto blanquiverde vuelve a Segunda B tras una etapa en la que el pasotismo con los jugadores de la casa ha sido de las más patentes de la historia. En contradicción con esta situación está la propia historia del club, a dos meses de cumplir 65 años. Los mayores éxitos, generalmente, le llegaron cuando más aportación de cordobeses tuvo el vestuario del primer equipo. El ejemplo del Cartagenazo en el 1999 es el más sonado, pero no el único.

La situación ahora es sonrojante. El Córdoba CF se va a Segunda B, mientras otro equipo andaluz como el Granada sube a Primera con, nada más y nada menos, que cinco jugadores cordobeses en su plantilla. Además, en la mayoría de los casos con un protagonismo sustancial en el éxito del ascenso nazarí. Hay situaciones sangrantes con futbolistas que incluso tuvieron un pasado en el primer equipo blanquiverde y no supieron o pudieron exprimirle todo su talento. Pero, quizás casi duele más que alguno de los que ayer celebraban el retorno a Primera del Granada ni siquiera hayan tenido una oportunidad en el primer equipo cordobesista, a pesar de pasar por las categorías inferiores o ni eso. Son Fede Vico, Quini, Bernardo Cruz, Adri Castellano y José Antonio González.

«Es para que se lo miren»

La situación de desprecio a los jugadores de la cantera de Córdob a que luego triunfan fuera es un mal endémico del Córdoba. Lo pudo decir más alto pero no más claro Fede Vico en una entrevista en ABC. «Es para que se lo hagan mirar», aseveró con toda la contundencia y con toda la humildad del mundo cuando contestó a la pregunta de qué sentía cuándo veía al Granada en zona de ascenso directo y al Córdoba en descenso cuando allí había cinco canteranos cordobeses y aquí apenas había gente de la casa.

La esperanza de que el último presidente y máximo accionista del Córdoba, un cordobés de Montoro como Jesús León , pudiera modificar esa tendencia se disipó de forma fulminante. Al empresario, de inicio, se le llenó la boca de asegurar que uno de sus objetivos era «acordobesar» al equipo. La realidad no ha dejado lugar a dudas. Esa posición ha caído en saco roto. Solo dos cordobeses, que ya estaban cuando él llegó al club, han sido los únicos fijos en la primera plantilla: Javi Lara y Fernández. Incluso, en algún caso ha intentado forzar su salida por lo que consideraba un alto coste para un bajo rendimiento.

Sorprendió que el empresario de Montoro, en su última intervención pública de hace una semana, enviara el mensaje de que «tenemos que apostar por la cantera», cuando en contradicción con esas palabras aseguró que el presupuesto en las categorías tendría que «reducirse para adaptarse a las nuevas circunstancias del club». León ha tenido tres mercados de fichajes para incorporar jugadores y no firmó a ningún cordobés (renovó a Sebas Moyano, cedido en el Mestalla). Así es la política de cantera de León.

Además, esa filosofía es ampliable al banquillo cordobesista . Una de las primeras medidas de Jesús León fue destituir a Jorge Romero, el técnico cordobés que heredó de la última etapa con Carlos González. Le dio dos oportunidades a Sandoval, otra a Francisco y una más a Torres antes de «apostar» por un entrenador de la casa forzado por las circunstancias. Fue para que Navarro, con el equipo ya desahuciado, certificase el descenso a Segunda B. Una decisión muy parecida a la que tomó González cuando ascendió al sevillano pero siempre en la casa Romero para firmar el descenso a Segunda.

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