BALANCE
Córdoba CF| Un naufragio de principio a fin
Andresito y Piovaccari, excepciones dentro de una temporada plagada de récords en negativo
El Córdoba acabó la temporada en su visita a Riazor con una nueva derrota , que podría convertirse en el común denominador de su camino en el curso 18-19 . Porque para el recuerdo quedará como una de las peores de todos los tiempos de la entidad en lo estrictamente deportivo, aunque en sí guarda un paralelismo con el apartado institucional.
Los números, contundentes de por sí, presentan al conjunto blanquiverde como colista de la clasificación con 34 puntos , haciendo el matiz de que tres de ellos se otorgaron sin jugarse por la descalificación del Reus de la competición. A ello se suma el dudoso honor de haber acabado la temporada con 79 goles en contra y con unos paupérrimos datos como visitante, ya que sólo sumó 9 puntos. Es decir, argumentos más que sobrados para explicar el regreso a Segunda B después de doce temporadas.
Aunque para explicar todo lo relacionado con el Córdoba también se puede buscar en el número de jugadores utilizados en el presente ejercicio. En total, hasta 35 se han puesto la camiseta del primer equipo blanquiverde en partidos de competición oficial. Todo un dato de la manifiesta irregularidad .
De hecho, esa idea queda redundada en cuatro técnicos. Porque el elegido para llevar la nave blanquiverde era Francisco Rodríguez . Sin embargo, el técnico de El Zapillo detectó situaciones que no se ajustaban a lo que el Córdoba le ofrecía y optó por marcharse a principios de agosto. Y esa etapa dio pie al regreso de José Ramón Sandoval , quien contaba con el beneplácito de la afición por ser uno de los líderes de la milagrosa permanencia del curso anterior. Pero Sandoval no tuvo los mismos mimbres ni, tal vez, tiempo , para haber trabajado con la plantilla desde el primer momento. En todo caso, el equipo hacía aguas con demasiada facilidad y terminó por ser destituido.
Curro Torres , un técnico de los de nuevo cuño, fue el elegido para sustituirle, pero no tuvo los resultados que se necesitaban para escapar. De salida, tenía una serie de rivales directos a los que no pudo doblegar y a esa situación se sumaron factores como los de lesiones y sanciones o que no terminó de calar entre los aficionados . Pero al no cuajar resultados, a los 14 partidos de su etapa, como le pasó a Sandoval, fue despedido. Cerró Rafa Navarro la temporada. Su inexperiencia se pudo contrarrestar con el cariño de la afición por su etapa de jugador. Sin embargo, Navarro tampoco supo encontrar soluciones hasta el punto de que la conclusión fue que no era el mejor remedio para la salida de Curro Torres.
Curiosamente, también han sido cuatro los porteros utilizados por el Córdoba en Liga. Y esa señal no resulta conciliadora al entenderse que en muchos casos los cambios en una posición tan específica obedecen a problema. Stefanovic se llevó siete goles en los dos primeros partidos de Liga y el club entendió que su ficha podía ser utilizada para hacerse con los servicios de Miguel de las Cuevas. Asimismo, se entendía como fiable la apuesta de Carlos Abad , quien llegaba cedido del Tenerife y la promoción de Marcos Lavín , renovado a la par con Aguado. Además, distintas coyunturas, entre contractuales y de lesiones, llevaron al debut de Alberto González ante el Tenerife en casa .
Y esa explicación de la portería podría trasladarse al resto de líneas. La línea defensiva comenzó siendo la del «milagro» con Quintanilla, Valentín y Aythami, así como con Fernández y Galán . Sin embargo, el equipo no fue fiable . De ahí que se buscaran soluciones variopintas en el mercado como Flaño o Herrero para acompañar a Luis Muñoz, quien en meses se salvó de la quema. En todo caso, el Córdoba no terminaba de ajustarse y eso le llevó a encajar tanto pese a las múltiples tentativas en forma de esquema de juego intentados.
En el centro del campo , también se abrieron muchas oportunidades. Aunque el principal inconveniente era que faltaba una mayor solidez defensiva. En este sentido, se puede decir que la salida de Edu Ramos, por los problemas de límite salarial (como Kieszek) , fue muy sensible para la organización del Córdoba. Pese a las múltiples soluciones que se buscaron, tampoco hubo remedio . Porque, paradójicamente, la calidad de muchos de sus centrocampistas hacía que se generaran situaciones de ataque. Como prueba, De las Cuevas acabó con uno de sus mejores registros goleadores , pero también se echó en falta el salto cualitativo de Jaime Romero, el jugador mejor pagado de la plantilla y que sólo apareció en limitadísimos brotes . En este sentido, mención especial requiere el caso de Javi Lara «confinado» a la grada demasiado tiempo cuando su rendimiento en el campo fue mejor que el de otros jugadores en su demarcación.
En cuanto a la delantera, hay dos perspectivas . Las singularidades del Córdoba en el mercado le obligaron a ir a por jugadores de coste bajo o apuestas de futuro. En el primero de los casos, Federico Piovaccari le salió muy rentable en el sentido de que acabó la temporada con 12 goles , circunstancia que tiene más valor si se atiende a que no se le podría considerar como titular fijo en el equipo y con todos los técnicos. Por el contrario, Erik Expósito o Carrillo no estuvieron a la altura de lo esperado y pusieron punto y final a sus contratos antes de tiempo.
Con todo, hay un gran nombre: Andrés Martín. El joven de Aguadulce ha encandilado por su forma de entender el juego, su compromiso y sus goles. Tanto es así que ahora se lo disputan en el mercado y podría ser la solución para los problemas económicos que arrastra la entidad presidida por Jesús León. De hecho, sólo hay que recordar que Sandoval dijo que «nos tiene locos», Curro Torres le puso un plan intensivo de competición alternando con el primer equipo y el segundo, y Navarro lo definió como «el hombre de la temporada». En sí, el único que saca nota en una campaña para olvidar.
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