Crónica de la caída de «los Castañas», los reyes del hachís en el Estrecho

La Policía puso en el punto de mira en 2013 a los hermanos Tejón, dos capos de la droga a los que costó tiempo y esfuerzo meter entre rejas

Uno de los hermanos en un videoclip ABC

Soraya Fernández

La presión policial en el Campo de Gibraltar contra el narcotráfico está arrojando importantes resultados aunque no ha sido fácil. Son necesarios años de ardua investigación y mucha pericia policial para desarticular a estas organizaciones criminales que han introducido, y siguen haciéndolo, ingentes cantidades de hachís en España procedente de Marruecos .

Uno de los mejores ejemplos de la dificultad de estas investigaciones está en los dos capos más importantes del narcotráfico en el Estrecho, los hermanos Antonio y Francisco Tejón , líderes del clan de «Los Castañas», la organización criminal española más activa en el Campo de Gibraltar dedicada al tráfico de hachís y una de las más importantes del país.

Meterlos entre rejas no ha sido nada fácil por la complejidad de la organización y por las medidas de seguridad que adoptaban. Las fugas de ambos hermanos han conseguido además eludir la acción de la justicia durante bastante tiempo.

Antonio, líder del clan, está entre rejas , pero su hermano, Isco, como lo conocen todos, acaba de ser puesto en libertad provisional bajo fianza por una polémica resolución judicial que ha sido recurrida por la Fiscalía.

La Operación Ronal , que ha requerido un notable esfuerzo y un importante despliegue policial, fue un certero golpe. A finales de 2016, cuando el narcotráfico en el Campo de Gibraltar era un auténtico problema y aún no se habían adoptado medidas especiales en la zona, se logró detener a 30 integrantes de «Los Castañas» .

Uno de los Castañas ABC

Pero las investigaciones comenzaron mucho antes. Concretamente en el año 2013, por parte del grupo Greco Costa del Sol , que detectó a una organización criminal dedicada al tráfico de drogas a gran escala asentada en La Línea de la Concepción y denominada «Los Castañas». Contaban además con el apoyo de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De hecho, dos policías nacionales que son hermanos trabajaban a sus órdenes. Ellos están también entre rejas.

«Los Castañas» traían el hachís desde Marruecos hasta las costas de La Línea y lo ocultaban en «guarderías» en fincas de El Zabal. No sólo traían la droga para su organización sino que prestaban servicios para otras a las que cobraban elevadas sumas de dinero y les facilitaban su ocultación en la amplia infraestructura con la que contaban. Esto permitió a «los Castañas hacerse con el monopolio del tráfico de hachís en el Campo de Gibraltar

Armas de guerra

Además de sentirse impunes y dominar el tráfico de hachís en la zona, lideraban un clan muy peligroso . Realizaron desembarcos de droga provistos de armas de guerra tipo Kalashnikov (AK-47) para evitar que otros narcos les robasen la mercancía.

Los c onductores de los todoterreno que llevaban la droga hasta las «guarderías» recibieron órdenes de embestir a cualquier vehículo que intentase frustrar sus planes, ya fueran agentes u otros narcos. De hecho, hubo varias embestidas a vehículos policiales. Su logística estaba integrada por numerosas narcolanchas y todoterrenos sustraídos y modificados para transportar la mayor cantidad de fardos de hachís posible.

Durante un verano introdujeron 50 alijos de unas tres toneladas cada uno a través de la costa de La Línea , muchos de ellos a plena luz del día y ante el estupor de los bañistas, lo que da una idea de la impunidad con la que actuaban. Toda esta actividad ilícita generó para los Tejón una fortuna de entre 20 y 30 millones de euros.

Los Tejón sabían que se habían convertido en un objetivo prioritario para las Fuerzas de Seguridad así como para otras organizaciones dedicadas a extorsiones y secuestros dado que conocían de su inmensa fortuna. Eran el blanco perfecto para las mafias, según la Policía, lo qu e les hacía temer , no sólo por su detención sino por su vida. Por ello adoptaban importantes medidas de seguridad.

La Policía Nacional puso en el punto de mira a ambos hermanos en el año 2013 con la operación «Castamo» por parte de los Greco Costa del Sol. Aquella investigación logró detener a 28 personas e intervenir más de tres toneladas de hachís y 29 narcolanchas. Sin embargo, no se logró relacionar a los Tejón.

Un año más tarde llegó «Castamo II», pero tampoco fue posible vincular a los Tejón aunque sí fue detenido otro de los mayores narcotraficantes del Campo de Gibraltar, Abdelah El Haj Sadej El Menbri, alias «El Messi del Hachís» , hombre de máxima confianza de los suministradores marroquíes y que estaba asociado con «Los Castañas». Otras 33 personas cayeron en este dispositivo y se intervinieron cinco toneladas de hachís y cinco narcolanchas.

La Policía Nacional, pese a la frustración de no hacer caer a «Los Castañas», no cejó en su empeño . En septiembre de 2015, el Grupo Greco Costa del Sol insistió. Se hizo a través de la famosa operación Ronal.

A la complejidad de las investigaciones se sumaba la información privilegiada de la que disponía el clan al saberse que estaban en el punto de mira de la Policía . Se lo tomaron muy en serio y adoptaron importantes medidas de seguridad. Contaban además con un séquito de integrantes. Muchos realizaban funciones de vigilancia a las Fuerzas de Seguridad, los denominados «puntos». Más de 50 trabajaban para «Los Castañas» en La Línea, lo que hacía imposible abortar los alijos ya que avisaban de la presencia policial. También tenían integrantes en la zona alta de Gibraltar y junto a las bases de helicópteros de Algeciras y Ceuta, así como en los puertos.

El empeño policial hizo que otra investigación permitiera vincular un alijo con «Los Castañas» . Fue en el otoño de 2016. Hubo 18 detenidos, 21 registros y la intervención de dinero, armas, droga, narcolanchas y vehículos, pero los Tejón huyeron a Marruecos.

La colaboración con las autoridades policiales marroquíes permitió detener en diciembre de ese año en Tetuán a Antonio , que sin embargo, se zafó de la justicia.

Tras permanecer meses huido y oculto, fue detenido en La Línea en junio del año pasado en una operación de película que permitió arrestarlo en la casa de una de sus amantes .

Sin vigilancia policial

Isco, huido de la justicia, permaneció dos años en busca y captura hasta que la presión policial pudo con él y se entregó a la Policía en octubre de 2018. Aseguró que estaba harto de ir en los maleteros de coches. Ahora está en libertad provisional tras pagar una fianza de 120.000 euros y sin vigilancia policial. La ley lo impide. La Fiscalía Antidroga ha recurrido el auto y advierte del riesgo de fuga del capo y de que volverá a las andadas con el tráfico de hachís. No se le conoce otro medio de vida y le reporta grandes sumas de dinero.

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