Semana Santa en Jerez

Jerez vuelve a disfrutar de un Lunes Santo pleno

Las seis cofradías pudieron completar su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, desquitándose así de la espinita del año pasado

Miguel Guerrero

Jerez

Todo un año para que el calendario volviese a marcar el Lunes Santo. Todo un año para desquitarse del funesto recuerdo del año anterior. El disfrute y la alegría de los cofrades de esta jornada ha sido este año doble. El día amanecía como los anteriores, con un sol de justicia y temperaturas muy altas. Este año sí, el escenario, con cielos despejados y sin temor alguno a precipitaciones, permitió que las cofradías destaparan el tarro de las esencias jerezanas en esta tarde del Lunes Santo.

El imponente Cristo de la Sed, conocido como el «Cristo grande», fue la primera de las hermandades en llegar a la Carrera Oficial desde su barrio de Puertas del Sur. Volvió la cofradía a demostrar en las calles su buen hacer, que se materializa, por ejemplo, en el estreno de la talla al completo del baquetón. Si ya lo es, cuando esté finalizado el paso será otra de las joyas de la Semana Santa de Jerez. En calle Puerto, un grupo de extranjeros de habla inglesa escuchaban atentamente la explicación de la guía sobre lo que estaban viendo. Algún «amazing» se escuchó entre las ráfagas de la cámara fotográfica de algunos de los que, impresionados, contemplaban la cofradía, desconocida para ellos. Especialmente sobrecogedor fue el paso de la cofradía por la estrechez de calle Tornería o por San Miguel. Un Lunes Santo más, la hermandad demuestra no parar de crecer.

Desde la Constancia, y tan elegante como una media de Rafael de Paula, llegaba la hermandad torera de la Paz de Fátima al centro de Jerez. Cada año, a escasos metros de la recogida, la cofradía y los efectivos de bomberos de la ciudad regalan un instante maravilloso como es la ofrenda floral en forma de petalá desde un camión de su flota. Antes, durante todo su recorrido, el Señor de la Paz y María Santísima Refugio de los Pecadores dejaron escenas preciosas en los diferentes enclaves por los que transitaban. Su estreno más llamativo fue la nueva imagen secundaria, uno de los soldados romanos que apresó al Señor de la Paz.

Desde otro barrio cercano al centro, el de la Plata, partió la hermandad de la Candelaria para rezar las preces y realizar estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. Sin duda, el paso de misterio del Señor de las Misericordias es uno de los más particulares y originales de Jerez, gracias a su elegante madera de caoba. El romano guiaba con su dedo el destino del Señor mientras la Verónica trataba de secar su rostro sangriento. Una escena, un encuentro con las Marías que sobrecogió un año más a los jerezanos y foráneos. Tras el misterio, María Santísima de la Candelaria lloraba sus penas acompañada de su barrio.

Los hermanos de la Sagrada Cena volvieron a realizar estación de penitencia después de cuatro años. No lo hacían desde antes de la pandemia, pues el año pasado fue una de las tres cofradías que no salieron. Cuatro años después, el Señor de la Sagrada Cena volvió a detener el tiempo sobre su paso de misterio, su castillo, cuando por primera vez levantó en San Marcos y volvió a recibir los rayos de sol en su cáliz. En las calles, la expectación era enorme para volver a disfrutar del fino andar del misterio. No se queda atrás la dulce y leve mecía que ofrece el joyero de plata hecho palio de María Santísima de la Paz y Concordia.

Justo tras los sones de este palio, en Carrera Oficial se escucharon por primera vez los rezos del Santo Rosario por parte de los penitentes negros provenientes de Madre de Dios. «Dios te salve, María…» El silencio, respeto y sobriedad adquieren un significado supremo en cada rincón por el que Nuestra Señora de Amor y Sacrificio se hace presente. Numerosas cruces durante todo el cortejo, ni un antifaz –puesto que el capuz es una de las señas de identidad de la corporación- y muchos niños que repartían entre el público un rosario con una estampa de la Virgen. Una cofradía que no pierde de vista la razón de ser de su presencia en las calles: evangelizar. La deliciosa atmósfera que envuelve a la cofradía fue aún más intensa desde su salida de Catedral hasta la recogida. El paso por Alameda Vieja, San Miguel y Empredada es para gustos refinados.

Cerró la jornada, en cuanto a toma de hora en palquillo se refiere, la hermandad de la Viga, otra de las cofradías que no pudieron salir a las calles el año pasado por las inclemencias meteorológicas. Por ello, cuando el Santísimo Cristo de la Viga y Nuestra Señora del Socorro recorrieron de nuevo las calles de Jerez, la Semana Santa fue un poco más feliz. El Cristo, la imagen más antigua que procesiona en la ciudad, es un tesoro gótico que mora en la Catedral. No se queda atrás la milagrosa Virgen del Socorro, una de las dolorosas con más historia y copatrona de la ciudad. Tras su palio, se escucharon los primeros tambores destemplados de la Semana Mayor 2023. Con la espectacular recogida de la cofradía entre bengalas finalizaba para muchos –a expensas de recogidas más tardías- un nuevo y, este año sí, radiante Lunes Santo.

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