En la sesión matinal del juicio contra Ana Julia Quezada por el crimen de Gabriel Cruz ha declarado como testigo la hija de la dominicana Judith Redondo desde Burgos a través de videoconferencia. De forma expresa ha solicitado que no quería verle la cara a su madre.
«Ella me llamó y me dijo que había desaparecido el niño», ha manifestado. Judith no conocía a Gabriel y mantenía una relación distante con su madre , pero aún así se desplazó con su pareja hasta Almería. De hecho, la joven no sabía que Quezada se había trasladado con su pareja a vivir a Las Negras.
La hija de Ana Julia durmió durante su estancia en Las Hortichuelas en la casa de la abuela del niño. Participó en las labores de búsqueda y apoyó a la familia. «Ella estaba siempre junto a Ángel, le daba muchos besos y abrazos» , ha matizado.
Judith ha relatado que «no notó nada raro» en su madre, aunque le resultaba llamativo que de forma repetida le decía «el bueno cuerpo que se le estaba quedando y que iba al gimnasio». Para intentar agradar en esos días de búsqueda a Quezada, su hija le propuso ir a algún sitio a tomar algo. «Le pregunté que donde quería ir. Pero ella solo quería ir a la finca de Rodalquilar , porque decía que allí tenía paz», ha manifestado.
Así, se trasladaron a la finca, Judith con su pareja y su madre. «No tocamos nada, nosotros fuimos a dar una vuelta y ella se quedó junto a la piscina. No sé que estaría haciendo. Cuando volvimos se fumó un cigarro y nos vinimos a casa de la abuela. Estuvimos menos de veinte minutos, fue algo breve», ha declarado la joven.
Los abogados también han preguntado a la hija de Quezada sobre el uso de plantas venenosas, pero la chica ha dicho no tener constancia alguna y que con la familia materna en la República Dominicana no mantiene contacto alguno. Judith ha recalcado que «no quiere saber nada de su madre» .
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