El iPhone 7, bajo la lupa de Apple para volver a ilusionar

Veni, vidi, vici. Esta conocida locución latina pone de relieve a la rapidez con la que se consigue el éxito. Apple, el gigante cuyo logo es una manzana mordida, ha sido testigo de esa capacidad de amasar dinero y prestigio al mismo tiempo. Sus productos lideran algunos mercados y han marcado la cambiante agenda de la industria de la tecnología, cuyo principal pilar es la innovación.

Tras unos meses de vaivenes, en donde ha tropezado con algunas piedras en el mercado de la movilidad, la firma norteamericana presenta este martes (23.00 horas en España) los resultados económicos del primer trimestre del año fiscal de 2017. Una ocasión para calibrar la adopción de su hasta la fecha último dispositivo estrella, el iPhone 7. Lanzado en septiembre pasado en dos versiones (normalmente, no se suelen conocer detalles de ventas por categorías), este aparato electrónico representa a día de hoy el 60% de los beneficios de la compañía.

Según los analistas consultados por «Bloomberg», se estima que Apple ha alcanzado en el último trimestre unas ventas de 76 millones de unidades de terminales iPhone, una cifra ligeramente superior a la del mismo periodo del año anterior, en donde se registraron unos 74.77 millones de terminales vendidos. En caso que se confirme supondría, en efecto, un ejercicio exitoso para la compañía, máxime a que este año se cumplen diez años de la presentación y lanzamiento del primer modelo y, además, se espera que se logre articular un compendio de innovaciones que vuelva a seducir a los consumidores. Los analistas esperan que los ingresos totales de la compañía aumenten un 2% -77.000 millones de dólares- gracias a la distribución del servicio de «streaming» de App Store y aplicación de música Music.

Con ello se presupone que, insistiendo en que se tratan de previsiones, los resultados del gigante americano en materia de venta de iPhones vuelvan a crecer de nuevo. Sin embargo, el mercado del teléfono móvil inteligente está en constante ajetreo. Firmas tradicionales han perdido cuota de mercado, desplazadas por incipientes firmas asiáticas que han jugado en los últimos tiempos con la fórmula de modelos más baratos a prestaciones cada vez más altas. Y, con ello, han catapultado sus ventas gracias a márgenes menores comparados con otras épocas pero han permitido que los usuarios opten por este tipo de dispositivos.

Por ello, se respira una cierta inquietud entre los analistas, que consideran que los consumidores están buscando cada vez más modelos más antiguos como el iPhone 6S en lugar de la última versión, el iPhone 7. En un comunicado dirigido a los clientes y del que se hace eco «Business Insider», el analista de Barclays, Mark Moskowitz, apunta a este escenario. «Hemos detectado una creciente preocupación en la industria que considera que los teléfonos inteligentes, en general, han evolucionado tecnológicamente para llegar a ofrecer prestaciones más que suficientes para satisfacer las necesidades de muchos usuarios». Un condicionante que demuestra, una vez más, que este tipo de aparatos electrónicos, algo ya básicos en la sociedad, se han convertido en un producto propiamente «commodity» en el que los consumidores buscan precios cada vez más bajos.

Pero centrándonos en la acogida del último modelo, según las estimaciones de «The Wall Street Journal» basadas en las previsiones de la firma Cowen&Co, se cree que el 40% de las ventas del iPhone 7 provienen de la versión de mayor tamaño, el iPhone 7 Plus en su versión más cara, mientras que el 17% de los usuarios optaron en el pasado optaron por hacerse con la versión «phablet» del iPhone 6. Con ello se presupone que el tamaño ha sido uno de los grandes aciertos de la empresa en los últimos años, arrastrando grandes ventas. Los analistas apuntan, además, que en este caso ha sido la configuración de sus cámaras dobles -encontradas únicamente en el iPhone 7 Plus- lo que ha incentivado las compras.

Los ingresos de Apple en su último año fiscal, que acabó en septiembre, representaron la primera caída desde 2001, con el iPhone como lastre final. Además, los envíos de «smartphones» durante el pasado año ha registrado un crecimiento plano, según las previsiones de la firma de análisis de mercado IDC. Sin embargo, todo indica que este año se producirá un nuevo cambio en la industria con la llegada del nuevo modelo de iPhone, cuyo nombre bascula entre iPhone 7S, iPhone 8 o iPhone X, y que según las primeras filtraciones Apple logrará ejecutar el revulsivo que necesitaba.

Se cree que septiembre será el mes escogido para su presentación oficial. Y, atendiendo a los rumores, el nuevo modelo vendrá en tres versiones diferenciadas por tamaño, una de ellas con paneles tecnología OLED, con una pantalla más grande que cubrirá gran parte de su superficie, sin la presencia del característico botón físico Home y un revolucionario sistema de carga inalámbrica, distinto del que se puede encontrar en algunos modelos actuales de gama alta.