PRIMER ENSAYO NUCLEAR AMERICANO, EN
PRIMER ENSAYO NUCLEAR AMERICANO, EN

La radiación de las pruebas nucleares entre 1951 y 1962 en EEUU superó en diez veces la de Chernobil

Produjo un aumento en varios tipos de cáncer en los participantes en las pruebas y las personas que vivían en la zona

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Entre 1945-1980 se realizaron en todo el mundo más de 500 ensayos con armas nucleares por parte de la antigua Unión Soviética, Reino Unido, Francia, República Popular de China y Estados Unidos. Los desechos radiactivos, algunos de larga vida y otros de corta duración, de esas pruebas se esparcieron en la atmósfera. Una parte, los de vida media más larga, cayeron a la Tierra en forma de lluvia y provocaron un aumento de las dosis de radiación (añadida a la natural) en las personas de todo el mundo, según un estudio del Comité de Revisión del Estudio de Viabilidad CDC-NCI sobre las consecuencias para la salud de las pruebas con Armas Nucleares.

Los residuos de vida más corta contribuyeron a un aumento de la dosis de radiación en las regiones cercanas a los sitios de prueba, que en Estados Unidos se realizaron en el Pacífico Sur y Nevada, con un número pequeño en La Trinidad (Nuevo México) y el Atlántico Sur.

Cerca de 200.000 personas participaron en estas pruebas y estuvieron sometidas a dosis más elevadas de radiación, así como muchas otras que vivían en las zonas cercanas. Además, decenas de miles de mineros de uranio y otros trabajadores en varios emplazamientos de las instalaciones de las pruebas nucleares estuvieron expuestos a la radiación y otras sustancias tóxicas.

Hay pocas dudas de que la exposición a la radiación puede causar cáncer, como ha quedado claro en estudios realizados entre los supervivientes de las explosiones atómicas en Japón, donde el riesgo de ciertos tipos de cáncer como leucemias y cánceres de tiroides fueron más altos de lo normal.

Sin embargo, a menudo es difícil de estimar la probabilidad de que una persona expuesta a la radiación desarrolle cáncer en el futuro, como advierte la American Cancer Society. Hay muchos factores que influyen en este riesgo, incluyendo el tipo, cantidad y vía de exposición a la radiación. Por ejemplo, las personas pueden estar expuestas a los elementos radiactivos internamente si se inhalan o ingieren, además de estar expuestos a fuentes de radiación externa. Además, cuando las exposiciones se han producido muchos años atrás, es difícil determinar la cantidad y tipo de exposición.

En un informe del Instituto Nacional del cáncer publicado en 1997 se estimó que la radioactividad producida por las pruebas nucleares realizadas en Nevada (EEUU), entre 1951 y 1962, fue diez veces superior a la ocasionada por el accidente de la central nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986. Y se estimó entonces que las emisiones pudieron provocar entre 25.000 y 50.000 casos de cáncer de tiroides, de los cuales al menos 2.500 fueron mortales. El informe oficial reveló que la exposición a al Yodo 131 fue diez veces superior al incidente de Chernobil (Ucrania), el más grave ocurrido hasta ese momento. El yodo 131 es altamente radioactivo y se produce por la explosión de uranio o plutonio

Para estimar las dosis recibidas por los estadounidenses en la glándula tiroides, por yodo radiactivo (131 I), en 1983 el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) estableció un grupo de trabajo que se extendió durante más de una década, para evaluar las consecuencias derivadas de las pruebas nucleares llevadas a cabo por los Estados Unidos. Sus conclusiones aparecieron en 1997. Como resultado de ese informe, para se creó un programa, aún abierto a día de hoy, para compensar a las personas expuestas a esa radiación.

Incluía a los mineros de uranio, molineros, y transportadores, que trabajaron en estas industrias entre 1942 y 1971 y que desarrollan cáncer de pulmón o de riñón (en molineros o transportadores). Las personas (incluidos los militares) presentes en el lugar durante las pruebas nucleares en los sitios de prueba y que posteriormente desarrollan cánceres de pulmón, tiroides, mama, esófago, estómago, faringe (garganta), intestino delgado, páncreas, conductos biliares, vesícula biliar, las glándulas salivales, la vejiga, cerebro, colon, ovario y de hígado, leucemia, linfoma no Hodgkin y mieloma múltiple .

Y finalmente, las personas que vivieron o trabajaron a favor del viento de los ensayos nucleares en ciertos condados en Utah, Nevada y Arizona por lo menos 2 años durante entre 1951 y 1962 y desarrollaron los mismo tipos de cáncer que los participantes en los ensayos.

Ver los comentarios