Las jóvenes que desaparecieron en Turquía
Las jóvenes que desaparecieron en Turquía - Diario Sur

Las jóvenes desaparecidas en Turquía dicen que han estado a punto de morir solo por ser homosexuales

La familia de la española apunta a que si el padre de Shaza «es capaz de matar a su hija, qué no le hará a Jimena»

Málaga/ Estambul Actualizado: Guardar
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Han sido días de angustia en la localidad malagueña de Torrox. Jimena Rico, una joven torroxeña de 28 años que ahora reside en Londres, ha desaparecido del mapa durante varias jornadas en compañía de su novia Shaza, la mujer egipcia con la que convive. Desaparecieron dejando un mensaje: «Si no hay noticias antes del lunes al mediodía, algo malo habrá pasado». Se lo dijo Jimena a su madre, Ramona Teresa Montero, en una conversación el pasado domingo a las 22.15 horas, antes de coger un autobús desde la ciudad turca de Samsun a Estambul. Desde entonces nada se volvió a saber de la pareja hasta el mediodía de ayer jueves, cuando consiguió ponerse en contacto con su familia. «Las están trasladando y vuelven a estar incomunicadas», explicó a ABC Tamara Romero, portavoz de la familia, tras conocerse el paradero de las dos jóvenes.

La Guardia Civil ha conseguido hablar con Jimena, confirmando que están retenidas en dependencias policiales de Estambul, sin documentación y a la espera de ser deportadas por fin a Londres. Será el final de una rocambolesca historia, donde se ha temido por la vida de ambas mujeres.

Según la denuncia de la madre de Jimena ante la Guardia Civil, la pareja se trasladó desde Londres a Dubái, donde vive la familia de Shaza, reclamadas porque la madre de la egipcia se encontraba gravemente enferma. La sorpresa, según contaron, llegó cuando se dieron cuenta de que los propios padres habían denunciado a Shaza por homosexualidad. En un país donde es un delito penado con la cárcel e, incluso, la pena de muerte. «Quiere matar a su hija. Es una deshonra para su familia por ser homosexual. En Dubái está penado con la muerte», relataba Tamara Romero sobre las intenciones del padre de Shaza. La portavoz de la familia explicó que las jóvenes decidieron huir para salvar su vida. «Si es capaz de matar a su hija, qué no le hará a Jimena», apuntaba Romero.

Sin embargo, el padre de Shaza llamó ayer por la mañana a los familiares de Jimena en Torrox. Las esperanzas de encontrarlas con vida se reactivaron tras la conversación con la hermana de la malagueña, María del Valle Rico. En esa comunicación el hombre les aseguró que no sabía dónde estaban las jóvenes y que quería que «le devolvieran a su hija». Y, por supuesto, manifestó no tener ninguna intención de matarlas. La Policía Judicial de la Guardia Civil recabó el teléfono desde el que se había producido la llamada para hablar con la familia árabe, sabedores de la versión que había contado la joven pareja y que consta en la denuncia de la desaparición.

Según las jóvenes, tuvieron que huir de Dubái porque su vida corría peligro debido a su condición sexual. La fuga les llevó a Georgia a casa de unos amigos. Allí pasaron tres días hasta que consiguieron un vuelo que les habría de llevar de vuelta a Londres y les pusiera a salvo. Pero según el relato de la madre de Jimena a la Guardia Civil, en el aeropuerto se encontraron con los familiares de Shaza, que trataron de llevarse a su hija a la fuerza. Las jóvenes contaron a la familia de Jimena que el padre de la egipcia le rompió el visado a su hija, el pasaporte a Jimena y las amenazó de muerte. El altercado acabó con la detención del padre y la pareja por las autoridades georgianas.

Tras salir en libertad, las dos mujeres fueron conducidas a la frontera turca sin documentación y, tras varios intentos, lograron entrar en el país de forma ilegal. Tomaron un autobús en Samsun hacia Estambul en la noche del domingo y se les perdió la pista hasta el mediodía de ayer. «Cuando se bajaron del autobús, la policía las detuvo», señaló la familia ayer por la tarde. Fueron detenidas por entrar de forma ilegal en el país. Tras pasar desde el lunes encarceladas por las autoridades turcas, ahora esperan a ser deportadas a su lugar de residencia. La vuelta a Londres será el fin de un largo viaje en el que, según la pareja, han estado a punto de morir sólo por ser homosexuales.

Jimena y Shaza han tenido la mala suerte de recalar en Turquía, un país sumido en un Estado de emergencia en el que los detenidos pueden estar hasta cinco días sin acceso a asistencia legal. Extranjeros sin documentación reglamentaria pueden ser considerados terroristas, con objetivo de cruzar a Siria y unirse a las filas yihadistas. Bajo el marco legal extraordinario que rige Turquía en estos momentos las autoridades pueden mantener a una persona retenida durante 30 días sin ninguna orden judicial.

Las dos jóvenes esperan ahora, pues, a que se complete el proceso de deportación, proceso que por el momento no se espera que se complete en un día. El plazo varía de un caso a otro. Uno de los últimos casos ha sido el del periodista italiano Gabriele del Grande, quien estuvo retenido 14 días antes de ser expulsado de vuelta a su país.

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