«La Iglesia siempre me ha querido en mis circunstancias»

La exhortación apostólica del Papa Francisco supondrá un gran alivio para muchos divorciados católicos vueltos a casar que viven alejados de la Iglesia ante el temor o la posibilidad real de sentirse discriminados. Así lo ve Jordi, casado en segundas nupcias con Maribel y padre de cuatro hijos más uno en camino. Aunque la primera vez que contrajo matrimonio solo lo hizo por lo civil, Jordi considera que la exhortación postsinodal de Francisco «es coherente con el Evangelio» y «muy apropiada» para «mucha gente que padece tanto sufrimiento por el fracaso de su matrimonio».

«Yo entré en la Iglesia separado y la acogida fue con los brazos abiertos y con una sensibilidad muy especial hacia mi situación personal», recuerda Jordi.

Por entonces este padre de familia numerosa era «ateo», pero su actual mujer le convenció para participar en los encuentros del Camino Neocatecumenal que se celebraban en la parroquia. Desde el principio Jordi «nunca» se ha sentido «juzgado ni criticado». «Siempre me he sentido querido en mis circunstancias».

Jordi está esperanzado de que este nuevo gesto del Santo Padre por salir al encuentro de «las periferias existenciales» provoque un cambio de cultura en todos los rincones de la Iglesia, muchas veces más beneficioso que una norma general que permita el acceso de los divorciados al sacramento de la comunión. «Creo que es lógico que el sacerdote sea el que acompañe a las personas en cada caso y tenga libertad para disponer de los sacramentos», comenta. También advierte de que si bien el sentido aperturista de la exhortación puede «llamar a confusión al creer que podemos hacer a Dios a nuestra medida» es apropiada «para mucha gente que se autoexcluye de la Iglesia» tras el fracaso de su matrimonio.