Contaminación en Pekín
Contaminación en Pekín - EFE

Enferman casi 500 alumnos de un colegio junto a antiguas plantas químicas en China

Las familias denuncian que sus hijos sufren desde linfomas hasta leucemia por los residuos tóxicos en el suelo y las aguas subterráneas

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Nuevo escándalo de salud en China al enfermar casi 500 alumnos de una escuela construida junto a los terrenos que antes ocupaban varias plantas químicas en la ciudad de Changzhou, al noroeste de Shanghái. Según un programa de investigación de la televisión estatal CCTV, los estudiantes sufren enfermedades que van desde manchas en la piel hasta linfomas o leucemia, que se deben al parecer a las altas concentraciones de productos tóxicos que había en el lugar donde se edificó el colegio. De algunas sustancias, como el clorobenzeno, su concentración es casi 100.000 veces superior a lo permitido.

La Escuela de Lenguas Extranjeras de Changzhou, en la provincia costera de Jiangsu, abrió el año pasado un nuevo campus cerca de las instalaciones de tres antiguas plantas químicas: Changyu, Huada y Changlong. A tenor de los medios chinos, las clases empezaron antes de que concluyera un informe de impacto medioambiental que detectó que el suelo y las aguas subterráneas del lugar estaban contaminados.

Tal y como explicó a la CCTV un antiguo empleado de Changlong, la mayor de las tres factorías químicas, su compañía vertió «sustancias químicas altamente tóxicas» en un río cercano y enterró restos contaminantes. Para el programa de la televisión china, se trata del típico caso de «construir primero, evaluar después».

Airados, las familias explicaron a los periodistas de la cadena los problemas de salud que sus hijos padecen desde los últimos meses. De los 2.451 alumnos que asisten a la escuela, los médicos han observado a 641 y detectado una amplia gama de enfermedades en 493. A pesar de esta elevada proporción, las autoridades de Changzhou insisten en que se llevaron a cabo los pertinentes estudios medioambientales antes de construirse la escuela y niegan que las enfermedades se deban a las toxinas en el suelo de las antiguas plantas químicas.

Este nuevo escándalo vuelve a poner de manifiesto los peligros de la alarmante contaminación que sufre China, cuyo extraordinario crecimiento se ha producido totalmente de espaldas al medioambiente. Para calmar a la opinión pública, que está mostrando su indignación en las redes sociales, el Ministerio de Educación ha abierto una investigación junto a las autoridades de Jiangsu.

Tal y como denuncia la organización ecologista Greenpeace en un comunicado, este caso demuestra «la peligrosidad de la gestión de los residuos tóxicos» en China, donde más del 80 por ciento de las aguas y pozos subterráneos no son apropiados para el consumo humano.

Tras casi cuatro décadas de desarrollismo, la contaminación ya es el problema más grave de China porque, según los últimos informes oficiales, mata cada año a 1,4 millones de personas. Además de la polución del aire, que cubre las ciudades bajo una espesa niebla que tapa la luz del sol, el 70 por ciento de los ríos y lagos de China están tan seriamente degradados que su agua no se puede beber.

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