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Las diez plantas medicinales más utilizadas en Europa

Uno de cada cinco europeos las consume, en especial cuando sus dolencias no responden a la medicina tradicional

Madrid Actualizado: Guardar
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  1. Ginkgo biloba

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    Uno de cada cinco europeos (19%) consume algún suplemento a base de plantas medicinales. La mayoría empiezan a tomarlas cuando sus dolencias empeoran. En total, en Europa hay cerca de 500 plantas a la venta a las que se atribuyen efectos medicinales. Los expertos aseguran que no hay estudios concluyentes que demuestren su efectividad, sin embargo, algunos médicos las recomiendas y los laboratorios ya se fijan en ellas para obtener nuevas sustancias. No hay que olvidar que de la corteza del sauce blanco (Salix alba) se ha utilizado desde antiguo por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. De ahí surgió la aspirina, uno de los medicamentos más populares y del que cada vez se descubren más utilidades.

    El ginkgo ocupa el número uno del top-ten de las plantas más utilizadas en Europa. Este árbol, sagrado en algunas zonas de Asia, fue considerado por Darwin un fósil viviente ya que es el único representante de su especie, que tiene una edad de 200 millones de años. Frecuente como ornamental en parques, paseos y jardines, es característico por su hoja en forma de abanico. Tradicionalmente se le han atribuido propiedades medicinales como vasodilatador, activador de la circulación cerebral, antivaricoso, antihemorroidal, neuroprotector y protector capilar. Estas propiedades se atribuyen a las ginkgólidos (lactonas terpénicas), falovonoides (quercetol y epicatecoles, entre otros) y bioflavonas.

    Parece mejorar la concentración en personas con problemas cognitivos asociados a la edad, por lo que se ha propuesto como reductor del riesgo de alzhéimer. Sin embargo, los estudios sobre su efecto preventivo son inconsistentes y a veces contradictorios. La mayoría de las revisiones concluyen que se necesita más investigación para confirmar la eficacia y seguridad del Ginkgo biloba en el tratamiento leve del deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer.

  2. Onagra

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    Rica en ácido gamma-linolénico, la onagra (Oenothera biennis) se utiliza como tratamiento del síndrome premenstrual, tanto de sus síntomas físicos (tensión mamaria, inflamación de miembros y vientre, espasmos abdominales y musculares), como psíquicos (irritabilidad, trastornos del ánimo, fatiga). También se aplica para combatir los sofocos de la menopausia. Un estudio publicado en Archives of Gynecology and Obstetrics en 2013 concluye que la aplicación de aceite de onagra por vía oral en comparación con placebo para controlar los sofocos puede disminuir más la intensidad de los ataques. También se utiliza para tratar afecciones crónicas de la piel. Tiene propiedades anticoagulantes, vasodilatadoras hipocolesteromiantes y demorprotectoras.

  3. Alcachofa (Cynara scolymus)

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    La alcachofa se ha utilizado desde antiguo como agente terapéutico y como preventivo. Su aplicación más específica se debe a su actividad sobre la función hepática y biliar, y se considera que aumenta la secreción de bilis, favorece la digestión y mejora el tránsito intestinal. También se le atribuyen efectos sobre el colesterol y los niveles de glucemia, dos factores de riesgo cardiovascular, por lo que podría tener un efecto preventivo. Sin embargo, como en los casos anteriores, faltan estudios rigurosos. Según una revisión publicada en 2013 en la base de datos Cochrane, tiene potencial en la reducción de los niveles de colesterol, pero la evidencia es baja. Los datos sobre la seguridad sugieren eventos adversos leves, transitorios y poco frecuentes con el uso a corto plazo de los estractos de alcachofa.

  4. Ginseng

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    La raíz de esta planta (Panax ginseng) es uno de los remedios tradicionales orientales más conocido y usado en Occidente como tonificante y revitalizante. Contraindicado en personas con tendencia a la ansiedad o estrés, no se sabe con certeza a qué ingrediente activo atribuir sus propiedades, para las que tampoco hay hasta la fecha un fundamento científico. Sin embargo, varios estudios han indagado sobre estas supuestas propiedades, incluyendo su acción beneficiosa en patologías neurodegenerativas, como alzhéimer o párkinson. De nuevo, falta de de investigaciones serias y replicables.

  5. Aloe Vera

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    Originaria de África, se ha utilizado durante siglos para la salud y la belleza destacándose sus propiedades dermatológicas. Cristóbal Colón la utilizaba como medicina para su tripulación y así viajó en las tres carabelas al Nuevo Mundo en los tiempos del descubrimiento de América. España tenía entonces plantaciones considerables de este vegetal, probablemente como herencia árabe. Más allá de su uso dermatológico para proteger, suavizar y calmar la piel, en la actualidad se proponen otros usos para esta planta suculenta de la familia de las liliáceas. Así en oftalmología se estudia como aliada frente a la queratinopatía diabética, que afecta a más de la mitad de las personas con diabetes. Con las limitaciones indicadas en los casos anteriores, podría ser candidata a un fármaco eficaz y seguro para promover la curación de las heridas corneales asociadas a la diabetes. Se ensaya en ratas su potencial frente a algunos tumores.

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  6. Hinojo

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    Conocida como hinojo, el Foeniculum vulgare, una planta de sabor anisado, se ha utilizado tradicionalmente para una amplia gama de dolencias relacionadas con los sistemas digestivo, endocrino, reproductivo y respiratorio. También para estimular la producción de leche (galactagogo) en las madres lactantes. Dadas las muchas propiedades que se le atribuyen, además de la depurativa y carminativa (eliminar los gases), tiene efectos como antimicrobiano, antiviral, antiinflamatorio, analgésico, antipirético, antiespasmódico, y un largo etcétera. Igual que en el caso anterior, el hinojo podría ser un buen candidato para el desarrollo de nuevos fármacos y futuras aplicaciones clínicas.

  7. Valeriana

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    El insomnio y la ansiedad son tradicionalmente el principal grupo terapéutico para el que más plantas medicinales se consumen y uno de los que más crece: un 27%, según un estudio del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) en el que se han encuestado a 2.400 personas. La valeriana junto la parsiflora o la amapola de California, por sus efectos sedantes, está entre las plantas más recomendadas para combatir los trastornos del sueño. Según una revisión publicada en “ American Journal of Medicine”, “la evidencia disponible sugiere que la valeriana puede mejorar la calidad del sueño sin producir efectos secundarios. Dada la alta prevalencia del insomnio en todo el mundo, la morbilidad asociada y los costes económicos, debería darse prioridad a futuros estudios sobre la valeriana, en particular en lo que se refiere a la detección de posibles efectos adversos, incluyendo el desarrollo de tolerancia y abstinencia. Pese a todo, según el estudio, las personas que toman valeriana informan una mejoría del sueño en el 80% de los casos en comparación con las personas que reciben placebo.

  8. Soja

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    Las isoflavonas de la soja, conocidas como fitoestrógenos, se unen a los receptores de estrógeno, aunque débilmente en comparación con los fisiológicos, por lo que suele utilizarse para reducir los síntomas de la menopausia. Además, tienen actividad antioxidante, y son moduladoras del sistema inmune. Estas diferentes propiedades pueden explicar la incidencia mucho menor de cáncer de mama hormonalmente dependiente en poblaciones asiáticas en comparación con las estadounidenses y los europeas.

  9. Melissa officinalis

    Utilizada tradicionalmente para aplacar el nerviosismo y la ansiedad, la melisa tiene entre sus componentes el ácido rosmarínico, también presente en el romero, al que se atribuyen propiedades en la mejora de la memoria y el estado de ánimo. También se ha propuesto un papel neuroprotector de esta sustancia. De nuevo hacen falta más estudios para confirmar sus usos tradicionales.

  10. Equinacea

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    Tradicionalmente se ha considerado que la Echinacea purpurea equilibra el sistema inmune y sirve como preventivo de los procesos respiratorios, incluida la gripe. Se considera que sus propiedades se deben a que esta planta estimula las células del sistema inmune que se encargan de detectar los microorganismos invasores. Se ha descrito algún efecto adverso hepático en niños.

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