El 15% de los jóvenes musulmanes se siente discriminado y tiene problemas de integración en España

Es sobre este grupo sobre el que hay que prestar más atención para evitar radicalismos, advierte un estudio de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón sobre integración de hijos de inmigrantes en España

Alejandro Portes, de la Universidad de Princeton y uno de los autores del informe, matiza que se trata de una minoría ya que el proceso de integración de hijos de inmigrantes arroja un balance positivo. Es más, estos jóvenes, incluyendo los nacidos en el extranjero, dicen sentirse más «como en casa» en España que los propios autóctonos

Un musulmán, orando en la mezquita en Ripoll AFP
J. G. Stegmann

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El 15 por ciento de los jóvenes musulmanes nacidos en otro país e incluso aquellos españoles de padres inmigrantes se sienten « regularmente discriminados » y, por ende, tienen problemas de integración en España. Por otro lado, los que se declaran «cristianos o protestantes» tienden a indentificarse con España de forma más alta que los no creyentes y que los que se identifican con otras religiones.

Son algunas de las conclusiones de la última etapa de un estudio de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón que lleva realizándose desde 2008 con los mismos encuestados y que analiza la integración en España (concretamente Madrid y Barcelona) de los inmigrantes de segunda generación, es decir, adolescentes con al menos un padre extranjero y que hubiera nacido en España o haya llegado a nuestro país antes de los 10 años de edad.

Es precisamente el colectivo de jóvenes musulmanes (en su mayoría de padres marroquíes) sobre los que el estudio advierte de que «deben ser sujetos de mayor atención por las autoridades para impedir que su identificación religiosa genere actitudes de receptividad a ideologías radicales».

«Profecía autorrealizada»

Sin embargo, Alejandro Portes , de la Universidad de Princeton y uno de los autores del estudio señala que se trata de una minoría ya que el proceso de integración a España de hijos de inmigrantes arroja un balance positivo. Es más, estos jóvenes, incluyendo los nacidos en el extranjero, dicen sentirse más « como en casa » en España que los propios autóctonos. Así, un 78,89 por ciento de los encuestados nacidos en otro país dicen sentirse como en casa en España, mientras que esta cifra se dispara al 87,02 en el caso de los nacidos en nuestro país y, curiosamente, baja al 71,59 en el caso de los nativos.

Por otro lado, Portes señaló que las percepciones de discriminación se dieron mayoritariamente por el «acoso policial» y no en otros escenarios como el trabajo o el lugar de estudio. «Esta situación puede llevar a la " profecía autorrealizada ", es decir, se busca evitar la radicalización y se logra el efecto contrario. Estos jóvenes pueden empezar a sentirse inferiores al resto fruto de la discriminación sufrida generando un caldo de cultivo para el radicalismo», señaló Portes.

Otra cuestión a tener en cuenta es que los regionalismos (sobre todo en el caso de Barcelona) no está calando entre los jóvenes (ni entre los hijos de inmigrantes ni entre los hijos de nativos). Así, a la pregunta: « ¿Cómo te identificas, o sea con qué nacionalidad te identificas? », un 7,38 de los hijos de inmigrantes dijo que con el catalán, mientras que esta cifra subió al 11,68 para los hijos de nativos. «No es representativa para ninguno de los dos grupos. Los regionalismos no están calando», señaló Portes.

Sin embargo, sí hay una fuerte conexión con España: un 75,32 por ciento de los hijos de inmigrantes y un 80,99 de los hijos de nativos dijeron sentirse españoles.

Para esta última edición de este gran estudio, único en Europa, se hicieron cuestionarios a 2.972 personas, de los cuales 2.272 son hijos de inmigrantes y 700 hijos de españoles. La muestra se encuentra dividida casi por igual por sexo (1.379 hombres y 1.593 mujeres). En líneas generales, y pese a las diferencias económicas y ocupacionales entre hijos de inmigrantes y nativos, «parecen ambos grupos pertenecer a un mismo universo común de jóvenes desarrollando sus vidas en España en forma no conflictiva», apunta el informe.

Peor situación económica para los hijos de inmigrantes respecto a los hijos de nativos

Las diferencias ocupacionales se refieren al tipo de empleo ejercido por estos grupos. Así, aquellos que tienen padres nativos desarrollan trabajos de «cuello blanco» (administradores, gerentes, técnicos, etc.) en mayor medida (27,30 por ciento) que los hijos de inmigrantes (18,23), que ocupan otros puestos de menor categoría como camareros, dependientes o repartidores, ejemplificó Portes.

Las diferencias económicas también son notorias. Así, un 18,06 por ciento de los nativos dice tener ingresos familiares dem ás de 3.000 euros al mes, mientras que los para los hijos de inmigrantes el porcentaje es del 7,91 por ciento . Además, un 27.59 por ciento de los hijos de inmigrantes declara tener ingresos de menos de 1.000 euros al mes, mientras que estos valores para los nativos es del 13,39 por ciento.

Sin embargo, la situación individual de ambos grupos respecto al trabajo es bastante similar. Un 24 por ciento de los hijos de inmigrantes como de los nativos dicen recibir entre 600 y 1.000 euros al mes en concepto de ingreso personal . También hay similitudes entre ambos grupos respecto a las ambiciones de trabajo futuro. «Pese al descalabro económico, los jóvenes se muestran optimistas», señala Portes. Un 70,19 por ciento de hijos de inmigrantes se ve a los 25 años desarrollándose como supervisor, administrador o profesional universitario, mientras que esta cifra es del 68,49 para los nativos. También coinciden en la ambición educativa.

Brecha de género

Por sexos, ellas son más ambiciosas que ellos. Otra diferencias de género se ven en el estado civil y en los hijos en la adolescencia . Un 92,18 por ciento de los hombres sigue soltero mientras que la cifra cae al 84,48 por ciento en el caso de las mujeres ya que tienden a estar casadas o emparejadas antes que ellos.

Asimismo, la tendencia a haber tenido hijos en la adolescencia es significativamente mayor entre ellas. Casi un 10 por ciento de las encuestadas están en esta categoría, mientras que entre los chicos no se llega al 4 por ciento. Simultáneamente, la tendencia a abanadonar el hogar por una residencia propioa es mayor entre ellas: el 14 por ciento ya lo hizo mientras que en el caso de los varones llegan solo al 10 por ciento.

Portes adivirtió de que «los hijos a edades tempranas, así como el lugar de residencia pueden condicionar el futuro profesional y ocupacional de los jóvenes». Aquí vuelve a aparecer la diferencia entre inmigrantes y no nativos. Un 7,79 por ciento de los hijos de inmigrantes tiene hijos frente al 0,86 de los hijos de nativos.

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